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La presión de la frontera agrícola sobre la selva Cuenta Bosques

    • Naturaleza

El cambio del uso del suelo es uno de los factores que se analizan a la hora de evaluar los procesos de deforestación y sus causas directas e indirectas. La deforestación propicia el cambio del uso de suelo de vocación natural forestal: a ganadería, praderización o cultivos de uso ilícito. Fenómeno que potencia por la construcción o el desarrollo de una malla vial ilegal. Solo en la Amazonia existen más de 20 mil kilómetros de vías ilegales utilizadas para esos fines.  

El gran contrasentido se da cuando se usan zonas como la Amazonia para producir alimentos cuando su aptitud es eminentemente forestal. El IGAC ha dicho en diversas ocasiones que el suelo amazónico no resiste ganadería intensiva o agroindustria debido a su acidez y a que depende de la materia orgánica que los bosques brindan a través de sus árboles. 

Entonces, ante la demanda mundial de alimentos, los suelos amazónicos, que son el último blindaje del planeta ante el cambio climático, no deberían ser usados para ampliar la frontera agrícola, tal y como se está viendo actualmente en Colombia. Esto, porque se trata de baldíos de la Nación que no pertenecen a un particular y por eso son víctimas tanto de la deforestación como de la apropiación ilegal.  

El actual gobierno propone hacer productivo el agro colombiano, mejorando el acceso a créditos de los productores agropecuarios, el acceso a tecnologías y por ende, mejorando su productividad y poniendo en marcha la figura de bancos sostenibles.  Esto frenaría el avance de la frontera agrícola y daría un impulso al aprovechamiento de los bosques por parte de las comunidades que lo habitan, de manera sostenible. 

El cambio del uso del suelo es uno de los factores que se analizan a la hora de evaluar los procesos de deforestación y sus causas directas e indirectas. La deforestación propicia el cambio del uso de suelo de vocación natural forestal: a ganadería, praderización o cultivos de uso ilícito. Fenómeno que potencia por la construcción o el desarrollo de una malla vial ilegal. Solo en la Amazonia existen más de 20 mil kilómetros de vías ilegales utilizadas para esos fines.  

El gran contrasentido se da cuando se usan zonas como la Amazonia para producir alimentos cuando su aptitud es eminentemente forestal. El IGAC ha dicho en diversas ocasiones que el suelo amazónico no resiste ganadería intensiva o agroindustria debido a su acidez y a que depende de la materia orgánica que los bosques brindan a través de sus árboles. 

Entonces, ante la demanda mundial de alimentos, los suelos amazónicos, que son el último blindaje del planeta ante el cambio climático, no deberían ser usados para ampliar la frontera agrícola, tal y como se está viendo actualmente en Colombia. Esto, porque se trata de baldíos de la Nación que no pertenecen a un particular y por eso son víctimas tanto de la deforestación como de la apropiación ilegal.  

El actual gobierno propone hacer productivo el agro colombiano, mejorando el acceso a créditos de los productores agropecuarios, el acceso a tecnologías y por ende, mejorando su productividad y poniendo en marcha la figura de bancos sostenibles.  Esto frenaría el avance de la frontera agrícola y daría un impulso al aprovechamiento de los bosques por parte de las comunidades que lo habitan, de manera sostenible. 

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