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Un coche con tracción delantera se conduce… un propulsión trasera se pilota El Garaje Hermético de Máximo Sant

    • Cultura y sociedad

Esto me lo dijo un ingeniero alemán en la presentación de un coche mítico: El BMW M3. Es cierto que entonces se conducía sin electrónica, como diría un castizo, “a pelo”. Pero, 36 años después, ¿sigue siendo así? Os aseguro que sí.

Alguno de nuestros primeros seguidores me diréis que este vídeo ya lo habíamos hecho… Pues sí y no, porque es cierto que hicimos uno con la misma temática, pero quería hacer uno con más detalle.

Y vamos a comenzar fuerte, viendo la diferencia de conducción que hay entre estos dos tipos de coches en circuitos. Esta frase no se al adjudico a nadie, es mía, pero avalada por muchos pilotos mucho mejores que yo. Es esta: “En circuito, en competición, si en un coche de propulsión posterior pasas miedo es que vas deprisa… pero si pasas miedo en un tracción delantera, además, vas despacio.

La vida no son las carrera y vaya por delante una cosa: Hay coches de tracción delantera que son muy eficaces y muy divertidos de conducir… y de propulsión trasera… y de tracción total. Esto es cierto, pero también lo es que separar la dirección de la propulsión y sentirnos “empujados” desde detrás ofrece sensaciones distintas…

No hay que confundir eficacia con sensaciones, uno de los motivos por el que me gusta mi actual coche: No hay que ir “de carreras” con comillas, para disfrutar y tener sensaciones. Eso no me pasaba cuando tuve mi Audi TTS, con una eficacia tan descomunal que para tener sensaciones tenía que ir muy, pero que muy rápido.

Os decía que este vídeo tenía una parte de técnica. Pues vamos con ello. Hasta la llegada del Citroën Traction Avant, todos los coches de gran serie eran de propulsión posterior con el motor delante, cambio a continuación, árbol de transmisión hasta las ruedas traseras y propulsión posterior.

Cuando apareció el Traction, un coche que he podido probar, la revolución fue total: El coche era más bajo, porque no había árbol de transmisión, en el fondo más sencillo salvo por las juntas homocinéticas y sobre todo más estable, mucho más estable.

La llegada del Mini y luego de una miríada de coches de tracción delantera implantó este sistema en la gran mayoría de los coches, incluidos SUV, berlinas de lujo y muchos deportivos. Solo algunas marcas Premium, los deportivos más puros y por supuesto, los TT, se escapaban de esa configuración.

¿El motivo? Los tracción delantera son más baratos de hacer, aprovechan mejor el espacio interior y son más sencillos de conducir…

Frente a ellos los coches de propulsión trasera ofrecen un mejor reparto de pesos y no solo porque lleven elementos mecánicos detrás, sino porque pueden desplazar el motor más hacia atrás, como hace BMW que en sus coches usa el motor delantero, pero central, claramente por detrás del eje delantero, lo que permite un equilibrado de masas muy superior a cualquier coche de tracción delantera.

Para potencias elevadas la propulsión es mejor, porque como sabéis, al acelerar, el peso se desplaza atrás, con lo cual en un tracción delantera las ruedas motrices se descargan de peso, mientras que en el propulsión sucede lo contrario.

Hoy día podíamos decir que el límite de potencia para un tracción delantera estaría en el entorno de los 300 CV. El Ford Focus RS500 de la segunda generación (2010) daba 350 CV, pero era un poco desastre… el actual Honda Civic de 320 CV va, en cambio, de fábula… aunque iría mejor, sin duda, con propulsión posterior.

¿Por qué es más fácil de conducir un coche de tracción delantera? Muy sencillo, porque al límite, lo que hace cualquier conductor, por torpe o novato que sea, es justo lo que hay que hacer.

Los coches ágiles giran bien y no olvides una cosa: En el fondo un tracción delantera es como un dardo.. muy estable pero cuesta girarlo. En un coche de propulsión las ruedas que girar van por delante del motor. Os lo aseguro, esta aptitud se nota aún sin ir al limite y

Esto me lo dijo un ingeniero alemán en la presentación de un coche mítico: El BMW M3. Es cierto que entonces se conducía sin electrónica, como diría un castizo, “a pelo”. Pero, 36 años después, ¿sigue siendo así? Os aseguro que sí.

Alguno de nuestros primeros seguidores me diréis que este vídeo ya lo habíamos hecho… Pues sí y no, porque es cierto que hicimos uno con la misma temática, pero quería hacer uno con más detalle.

Y vamos a comenzar fuerte, viendo la diferencia de conducción que hay entre estos dos tipos de coches en circuitos. Esta frase no se al adjudico a nadie, es mía, pero avalada por muchos pilotos mucho mejores que yo. Es esta: “En circuito, en competición, si en un coche de propulsión posterior pasas miedo es que vas deprisa… pero si pasas miedo en un tracción delantera, además, vas despacio.

La vida no son las carrera y vaya por delante una cosa: Hay coches de tracción delantera que son muy eficaces y muy divertidos de conducir… y de propulsión trasera… y de tracción total. Esto es cierto, pero también lo es que separar la dirección de la propulsión y sentirnos “empujados” desde detrás ofrece sensaciones distintas…

No hay que confundir eficacia con sensaciones, uno de los motivos por el que me gusta mi actual coche: No hay que ir “de carreras” con comillas, para disfrutar y tener sensaciones. Eso no me pasaba cuando tuve mi Audi TTS, con una eficacia tan descomunal que para tener sensaciones tenía que ir muy, pero que muy rápido.

Os decía que este vídeo tenía una parte de técnica. Pues vamos con ello. Hasta la llegada del Citroën Traction Avant, todos los coches de gran serie eran de propulsión posterior con el motor delante, cambio a continuación, árbol de transmisión hasta las ruedas traseras y propulsión posterior.

Cuando apareció el Traction, un coche que he podido probar, la revolución fue total: El coche era más bajo, porque no había árbol de transmisión, en el fondo más sencillo salvo por las juntas homocinéticas y sobre todo más estable, mucho más estable.

La llegada del Mini y luego de una miríada de coches de tracción delantera implantó este sistema en la gran mayoría de los coches, incluidos SUV, berlinas de lujo y muchos deportivos. Solo algunas marcas Premium, los deportivos más puros y por supuesto, los TT, se escapaban de esa configuración.

¿El motivo? Los tracción delantera son más baratos de hacer, aprovechan mejor el espacio interior y son más sencillos de conducir…

Frente a ellos los coches de propulsión trasera ofrecen un mejor reparto de pesos y no solo porque lleven elementos mecánicos detrás, sino porque pueden desplazar el motor más hacia atrás, como hace BMW que en sus coches usa el motor delantero, pero central, claramente por detrás del eje delantero, lo que permite un equilibrado de masas muy superior a cualquier coche de tracción delantera.

Para potencias elevadas la propulsión es mejor, porque como sabéis, al acelerar, el peso se desplaza atrás, con lo cual en un tracción delantera las ruedas motrices se descargan de peso, mientras que en el propulsión sucede lo contrario.

Hoy día podíamos decir que el límite de potencia para un tracción delantera estaría en el entorno de los 300 CV. El Ford Focus RS500 de la segunda generación (2010) daba 350 CV, pero era un poco desastre… el actual Honda Civic de 320 CV va, en cambio, de fábula… aunque iría mejor, sin duda, con propulsión posterior.

¿Por qué es más fácil de conducir un coche de tracción delantera? Muy sencillo, porque al límite, lo que hace cualquier conductor, por torpe o novato que sea, es justo lo que hay que hacer.

Los coches ágiles giran bien y no olvides una cosa: En el fondo un tracción delantera es como un dardo.. muy estable pero cuesta girarlo. En un coche de propulsión las ruedas que girar van por delante del motor. Os lo aseguro, esta aptitud se nota aún sin ir al limite y

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