El caballero ladrón Lupin: el caballero ladrón
-
- Cine y TV
Si hay una caballerosidad que debe ser reivindicada, es la que se produce de igual a igual. Cuando se siente el ánimo sincero de hacer la vida de alguien más fácil, más amable, sea hombre o mujer. Algo que puede parecer obvio, pero que no lo era tanto hasta hace no demasiados años.
Por suerte, y a pesar de tener más de un siglo de antigüedad, esto no se aplica a Arsène Lupin. A pesar de haber tenido incontables amantes, el ladrón sólo tenía gestos de caballerosidad cuando eran correspondidos. Y, como él mismo demostró en el gran robo del castillo de Thibermesnil, un gran gesto siempre debe corresponderse con otro.
Si hay una caballerosidad que debe ser reivindicada, es la que se produce de igual a igual. Cuando se siente el ánimo sincero de hacer la vida de alguien más fácil, más amable, sea hombre o mujer. Algo que puede parecer obvio, pero que no lo era tanto hasta hace no demasiados años.
Por suerte, y a pesar de tener más de un siglo de antigüedad, esto no se aplica a Arsène Lupin. A pesar de haber tenido incontables amantes, el ladrón sólo tenía gestos de caballerosidad cuando eran correspondidos. Y, como él mismo demostró en el gran robo del castillo de Thibermesnil, un gran gesto siempre debe corresponderse con otro.