Figuraduras El Campesino
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- Arte
Esto no es un poemario
no es una lista de récipes médicos
tampoco una bitácora de buque pirata
no se puede leer de atrás hacia adelante
no tiene principio ni final
Esto no es una experiencia lúdica
carece de sentido
si cae por un acantilado
no se estrella contra las rocas
no contiene sustancia ni materia
no hace gárgaras de filosofía
no le busquen la quinta pata
¡en serio!
Esto es un juego de Go sin fichas blancas
un teatro sin butacas
un canal de YouTube sin suscriptores
una barcaza sin velas ni esperanzas
esto es lo que parece
un vaso de mazamorra morada
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Equilibrio
Cuando invito amigos a cenar
me aseguro de convocar
al menos un desconocido
y dos enemigos
Mantener el equilibrio es uno de los secretos de la buena vida -
Nicanor Parra: Viaje por el Infierno
Nicanor Parra: Viaje por el Infierno
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Los Pinos
Los Pinos
Los pinos son algo complicados
reniegan de su grandeza
y sin embargo, cada mañana
se perfuman como si fuesen a una fiesta
se sacuden las ardillas de los hombros
se aceitan las ramas inferiores
espantan los pájaros carpinteros
estornudan un par de veces
el ruido es sordo pero se nota
y es que siempre andan en manadas
les agradan las familias numerosas
Cada cierto tiempo lloran a uno de los caídos
en esos atardeceres
se quedan en silencio
contemplando los anaranjados
mastican bayas lentamente
se abrazan en las alturas
Son complicados, si, pero igual todos
en algún momento hemos sido así
altos, pesados
melancólicos -
La poesía me aburre
La poesía me aburre
La poesía me aburre de veintiocho formas diferentes, una por cada ficha del dominó que me regaló mi padre cuando cumplí catorce años. Dormían en una caja de madera pulida, que despedía un aroma indefinido, intenso, vegetal. Lo acompañaba un poemario, un hermoso librito de tapas blancas, delgado, minimalista, orgulloso, con veintiocho aburridos poemas, cada uno titulado como imaginan.
Ese fue un año inusual
salpicado de las mandarinas
de un noble y tímido anciano del patio
A mi madre la mordió el monstruo
por primera vez
pero ella era de diamante
a pesar de eso
hubo mucha carne de mentiritas
y chicharrones de cartón
Aprendí a jugar dominó
no puedo negarlo
esas piedras marfiladas
ejercían cierto atractivo
También conocí una ninfa
Una ninfa real
Idéntica a las que pintaba Bouguereau
Le gustaba la poesía
el queso blando
y las cayenas del jardín
Visitaba la casa con frecuencia
entraba flotando por el zaguán
se sentaba en una de las chismosas de la sala
conversaba con los enanitos de cerámica
miraba de reojo a la Giocconda
cantaba bajito
Antes de desaparecer
junto con el año
le regalé el delgado poemario -
Supongamos
Supongamos
Supongamos que nos vemos como niños
que las mañanas suenan a gurrufíos
y saben a jugo de tamarindos sin azúcar
Supongamos que sabemos lo que hacemos
cantando igual que Bobby Darin
sin micrófono
O mejor hacer la vista flaca
vestir de domingo
no olvidar un pañuelo blanco en punta
un toque de colonia de papá
unos minutos de propagandas
en la tele de la sala
apostar en la carrera hasta el final de la vereda
lancemos unas canastas
siguiendo las agujas del reloj
cuidando de no sudar la ropa
las consecuencias son previsibles
Supongamos que ese momento dura
todas las mañanas del mundo
y que podemos quedarnos ahí
helados
sonriendo
sin querer aprender
sin tener que
sin rendir cuentas
persiguiendo iguanas -
Sábado
Sábado
Hay un no-se-qué mañanero
que activa el cuerpo algunos sábados
no es la negrura sabrosa del café
ni los desayunos americanos apurados
son días en que provoca comprar mandarinas
alargar la mañana con tiras de papel
llamar al plomero sólo por la conversación
insultar alguna de las vecinas chismosas
con una seguidilla de oximorones
o inventar palabras muy largas y suaves
de esas que se deshacen en la boca
Esos extraños sábados eternos
provoca guardarlos
entre las páginas de un libro viejo
para que, cuando los encontremos
lustros después
aparezcan empapados
con la tinta del tiempo