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No eran 14, sino 41 mil millones los que se tragó el Calamar Sin Maquillaje, Altagracia Salazar

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El final de la campaña electoral coincide con la presentación de la acusación del caso Calamar y hoy hay que esperar que mucha gente que estaba presionando por la presentación de los cargos y que dijo que el Ministerio Público no cumpliría con los plazos de ley se moleste por la fecha. Eso no sofocará a los fiscales que están haciendo su trabajo.

Hay novedades en el documento. Ya sabemos que se usaron más de 1200 millones del entramado para financiar la campaña de Gonzalo Castillo, ya sabíamos que la orden había sido dada por Danilo Medina desde el palacio y creíamos que el entramado era de unos 14 mil millones de pesos.

Pero para la corrupción que se instaló en el palacio nacional no hay números grandes y en vez de ser 14 mil millones el número está invertido y son 41 mil millones y el entramado además del cobro de deudas viejas incluye el negocio del asfalto, la cesión forzada de contratos con suplidores y el cobro irregular a bancas de apuestas donde actuaba un legislador oficialista encartado que es el señor Gory Moya. 

La acusación son 3600 páginas, la mayoría de pruebas y testimonios de testigos, pero en las primeras 1200 se describe el esquema de ilícitos y evidencia como la necesidad de permanecer en el poder se comió los escrupulos del PLD si es que le quedaba alguno.

Yo comencé a leer ayer y me falta mucho. Hay gente, como Angel Lockuard o Gory Mora cuyos nombres resultan familiares cuando se trata de corrupción.  Hay gente que uno no sabe cómo o  porqué se metió en eso más allá de la avaricia.

El caso Calamar debe servir de referencia para que los ciudadanos y ciudadanas dominicanas tomen las mejores decisiones a la hora de elegir a los políticos y a los políticos debe servirle para que entiendan que es la ciudadanía la que no admite los esquemas de corrupción que se han usado a lo largo de nuestra historia democrática.

Ayer en el diálogo del pleno de la JCE en el grupo de medios Corripio se evidenció que de los 5 mil millones que nos cuestan las elecciones los partidos son una de las cargas fundamentales y son estructuralmente los protagonistas del desorden.

La JCE ha trabajado en un proceso electoral en el que no parece haber dejado un cabo suelto. El organismo ha dado respuesta a todas las demandas habidas  y por haber y ha demostrado una ecuanimidad que raya en el estoicismo. 

Esta noche cuando cae el telón de la campaña, el órgano electoral ha anunciado que está preparada para una batalla nueva que es enfrentar las noticias falsas que desde ya espera.

El cuarto de guerra contra las noticias falsas no es quizás la nota más importante del proceso de organización de las elecciones pero la JCE le ha dado importancia porque ya ha sido víctima del esquema usado sobre todo por la oposición para desnaturalizar informaciones e intentar convertir el sí en no o “asígún”.

El pleno de la Junta Central Electoral llamó a la población para que

El final de la campaña electoral coincide con la presentación de la acusación del caso Calamar y hoy hay que esperar que mucha gente que estaba presionando por la presentación de los cargos y que dijo que el Ministerio Público no cumpliría con los plazos de ley se moleste por la fecha. Eso no sofocará a los fiscales que están haciendo su trabajo.

Hay novedades en el documento. Ya sabemos que se usaron más de 1200 millones del entramado para financiar la campaña de Gonzalo Castillo, ya sabíamos que la orden había sido dada por Danilo Medina desde el palacio y creíamos que el entramado era de unos 14 mil millones de pesos.

Pero para la corrupción que se instaló en el palacio nacional no hay números grandes y en vez de ser 14 mil millones el número está invertido y son 41 mil millones y el entramado además del cobro de deudas viejas incluye el negocio del asfalto, la cesión forzada de contratos con suplidores y el cobro irregular a bancas de apuestas donde actuaba un legislador oficialista encartado que es el señor Gory Moya. 

La acusación son 3600 páginas, la mayoría de pruebas y testimonios de testigos, pero en las primeras 1200 se describe el esquema de ilícitos y evidencia como la necesidad de permanecer en el poder se comió los escrupulos del PLD si es que le quedaba alguno.

Yo comencé a leer ayer y me falta mucho. Hay gente, como Angel Lockuard o Gory Mora cuyos nombres resultan familiares cuando se trata de corrupción.  Hay gente que uno no sabe cómo o  porqué se metió en eso más allá de la avaricia.

El caso Calamar debe servir de referencia para que los ciudadanos y ciudadanas dominicanas tomen las mejores decisiones a la hora de elegir a los políticos y a los políticos debe servirle para que entiendan que es la ciudadanía la que no admite los esquemas de corrupción que se han usado a lo largo de nuestra historia democrática.

Ayer en el diálogo del pleno de la JCE en el grupo de medios Corripio se evidenció que de los 5 mil millones que nos cuestan las elecciones los partidos son una de las cargas fundamentales y son estructuralmente los protagonistas del desorden.

La JCE ha trabajado en un proceso electoral en el que no parece haber dejado un cabo suelto. El organismo ha dado respuesta a todas las demandas habidas  y por haber y ha demostrado una ecuanimidad que raya en el estoicismo. 

Esta noche cuando cae el telón de la campaña, el órgano electoral ha anunciado que está preparada para una batalla nueva que es enfrentar las noticias falsas que desde ya espera.

El cuarto de guerra contra las noticias falsas no es quizás la nota más importante del proceso de organización de las elecciones pero la JCE le ha dado importancia porque ya ha sido víctima del esquema usado sobre todo por la oposición para desnaturalizar informaciones e intentar convertir el sí en no o “asígún”.

El pleno de la Junta Central Electoral llamó a la población para que

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