Miel Sobre Hojuelas Claudia Carrillo

Si en la familia no hay la mínima concentración en lo que realmente importa, como los valores, el amor, el perdón, la visión y todo lo que edifique; y si al contrario nos dejamos llevar por otras distracciones, podemos perder el equilibrio y caer con la facilidad al vacío.

Soy de las que pienso que debemos tener un equilibrio en nuestra vida, que por querer ser profesionales y empresarias exitosas, no podemos descuidar nuestro apoyo, nuestra familia. Recuerden que esta debe estar cimentada sobre bases solidas.

No podemos pretender que Dios o los demás hagan todo por nosotras, debemos hacernos dueñas de nuestra propia vida y abandonar la idea de que en cualquier día va aparecer en la puerta de la casa eso que tanto hemos pedido. Eso nada mas pasa en las películas. En la vida real tenemos que planear, pasar por procesos y lucharla hasta conseguirlo; Por supuesto que debemos tener la certeza de que Dios nos acompaña, pero eso no significa que Él haga lo que a nosotras nos toca hacer.

En la actualidad, estamos casi obsesionados en promover un aceleramiento en todos los niveles: los niños deben aprender cuanto antes a leer y a escribir, los adolescentes deben comportarse como adultos y nosotros, los adultos, no hacemos más que compararnos con los ritmos ajenos.

Revisando mi diálogo cotidiano a conciencia, escuchaba, y descubrí que muchas de mis angustias y molestias nacían de situaciones basadas en un círculo de preocupación por el "tener”, por ejemplo: yo decía: sería más feliz si tuviera el celular de última tecnología, todo sería mas fácil si tuviera una persona que me ayudara con los quehaceres de mi casa, seria genial poder tener un carro nuevo, y en fin…la lista seguía.

Hay que tener claro que no somos mujeres perfectas, que estamos siempre propensas a cometer errores y debemos entender que ellos hacen parte de la vida, y que es bueno saber que de esos errores podemos aprender.