Observar, entender y ayudar a los niños Observar, entender y ayudar a los niños

Capítulo 14. Creando un espacio en la familia para la imaginación y la creatividad, de: Jeanne Magagna. 

La imaginación y creatividad en los niños es una labor que escuela-casa fomentan conjuntamente. En ambos espacios físicos y mentales se genera la imaginación y la creatividad, esenciales para el desarrollo de los niños. En casa se puede jugar creando un espacio imaginativo no solo para los niños, sino también para todos los miembros de la familia. Mediante los “juegos” se manifiesta artísticamente la imaginación, los pensamientos y las emociones, abriendo un canal para la sanación mental y emocional de los seres humanos sin importar su edad. Desarrollar la capacidad de imaginar y crear mediante el juego en edades tempranas, se fortalece un enriquecedor recurso para toda la vida.

Capítulo 12. Un momento especial para jugar y pensar juntos, de: Jeanne Magagna. 

El juego imaginativo y de exploración revela un diálogo entre el niño y sus experiencias emocionales. A través del juego y con ayuda de sus cuidadores el niño es capaz de reflexionar sobre sus propios pensamientos, sobre el disfrute de la vida misma. El juego simbólico sugiere que un niño ha estado en sintonía recíproca con sus padres, que ellos le han comprendido y guiado para ser capaz desarrollar dentro de sí mismo un espacio para crear pensamientos en torno a lo que vive y siente, y estos puedan ser externalizados a través del juego. El juego permite tener una conexión con el entorno incluso antes de desarrollar el lenguaje, el juego ayuda al niño a comunicarse y expresarse; y a los padres a comprender a su hijo.

Capítulo 9. Sentirse bien, sentirse mal: ser bueno y ser malo, de: Jeanne Magagna. 

La pareja parental crea y pone al servicio de sus hijos una cuna de mentalización, para comprender su vida emocional. Esto implica: experimentar, identificar y reflexionar las emociones para darle significado y decidir expresarlas o contenerlas simbólicamente. La cuna de mentalización aunada al respeto, el amor y el perdón conforman la buena crianza y educación de los hijos y el desarrollo emocional saludable de cada miembro de la familia. Diversas experiencias emocionales muestran cómo los padres y el bebé pueden vivirse como “ser bueno”, “ser malo”, “sentirse bien” y “sentirse mal”. Ejemplo, un niño puede ser malo simbólicamente cuando por sus fantasías y sueños o por los efectos de los límites de la disciplina que sus padres le establecen, proyecta en ellos su amor u odio.

Capítulo 16. Los cuentos de hadas de los niños, de: Jeanne Magagna. 

Las maestras de la guardería les cuentan cuentos de hadas a los niños. La experiencia no solo es contar, sino motivar a cada niño para que dibuje algo que le sea importante. Así, los niños desean poder expresar sus pensamientos y sentimientos a través de la comprensión del lenguaje, el habla y el arte de dibujar con ayuda de su imaginación. Los niños producen libremente su dibujo, dando así, voz a sus sentimientos asociados a problemas de su desarrollo. Los niños comparten la creación de sus dibujos con sus compañeros, pero más emocionante aún es compartirlos con sus padres y contarles la historia de su dibujo. Esta es una manera de contactar y comprender sentimientos, emociones, miedos, alegrías y gozo interior de los niños.

Capítulo 20. La cuna de la pareja para el niño interior de: Jeanne Magagna. 

La cuna para el niño interior que la pareja parental construye requiere de tiempo y de ser receptivo, quedándose en silencio, sin hablar; resonando con el sentimiento del otro; poniéndose en la piel del otro miembro de la pareja; sin defenderse del sentimiento del otro; solo aceptando emocionalmente lo que se dice; sin criticar; sin mejorarlo; sin decir que el sentimiento es injustificado o incorrecto; solo escuchando, sintiéndose empático e intentando entender la experiencia del otro miembro de la pareja. El divorcio no elimina la responsabilidad de los padres de poner en primer lugar las necesidades del niño en vez de sus sentimientos conyugales como padres divorciados.

La guardería como terapeuta: la comprensión del “momento presente” del niño. De: Jeanne Magagna. 

La transición de la casa a la guardería representa un acontecimiento emocionalmente significativo en la vida de la familia. Es una vivencia que produce en los niños y sus padres sufrimiento por el impacto emocional de la separación y por el encuentro con un mundo físico y social desconocido. Desde luego que, para el personal de la guardería, esto representa un gran reto, sabiendo que, mediante su relación cálida, escucha atenta y comunicación efectiva con los padres y el niño podrán lograr que lleguen a vivir a la guardería como un espacio en el que se sientan escuchados y comprendidos, promoviendo así, el despliegue del desarrollo integral del niño.