Delfina Pedrazzoli Delfina Pedrazzoli

En un medio día bajo el rayo del sol patagónico y el viento que llega del Nahuel Huapi, les grabo este podcast. Transitando la paz que llega después de haber soltado el control y dejando a la vida simplemente ser.

En este podcast intento resignificar el tabú de perdernos. Quitarle el peso. Alivianarte. Alivianarnos. Vinimos a perdernos para poder encontrarnos. Y vinimos a encontrarnos para poder perdernos de nuevo. Porque eso es la vida. Y por que eso es estar vivos también.

Vivir el perdernos como un cambio de piel, que no sólo habla de que estamos evolucionando, sino que sería mucho más liviano si aprendemos a relacionarnos con la vida desde nuestro ser, y no desde nuestro ego. O sí, pero no tomárnoslo tan en serio. Porque este cambia todo el tiempo. Y mientras este me limita, el ser me abre a recibir la infinita posibilidad. Y es ahí en donde encontramos nuestra paz.

Ahora sí, los dejo con estas palabras. Gracias por estar del otro lado 🫀

con amor,
Delfi

Una meditación que te conecta con tu niño interior. Volvés a mirarlo a los ojos para decirle que volviste, que llegaste, que volvés a estar acá con él, para él. Para vos. Una meditación en que volvés a abrazar a tu niño interno porque volvés a abrazarte a vos. Una meditación en la que recuperás a tu niño interno, y te recuperás en él a vos. Para decirte que finalmente estás ahí, que te estás viendo. Y que estás listo para darte todo lo que necesitás. Que la disfrutes 3

“Dale, volá. Invadí el cielo, pegate un aleteo, estirá las manos, despegá los pies. A veces no nos damos cuenta de la cantidad de tiempo, de años, de vidas que llevamos pegados al suelo. Construir ese mundo aparte que nos cobija de todo, ese refugio al que llamamos hogar. Construir un mundo nuestro.

(…) y vos sabés, cada vez que te mirás al espejo que lo que importa es el mundo que tenés en los ojos. Esos ojos que son el infinito, que no mienten, que se emocionan, que eligen ver en lugar de mirar y son, nada más ni nada menos, la ventana del alma”.

Son estos dos textos, y el título del podcast, palabras citadas del libro Loca, Cósmica y Otros Viajes de Cinwololo los que me inspiraron a grabar este podcast. Creo que todo habla por sí sólo, pero solo voy a agregar

qué lindo permitirnos vivir una vida que nos atraviese, vivir una vida de pura complicidad con nosotros mismos por creer en algo, cada uno sabe qué, que hace que el mundo duela menos.

Que lo disfruten 3

Un podcast que nace en los acantilados de Chapa. Ese lugar que sin estar buscándolo me abrazó en esta nueva etapa de mi camino. Y me dijo que hoy era acá. De una luna llena que me hizo dejar de estar tan enfocada en todo lo que quiero sino abrazarme más. Por todo lo vivido y bailado. Una luna que me hizo mirar hacia atrás y conectar todos los puntos. Dejar de exigirme, abrazar este presente y entender que cada momento somos nueva oportunidad. Que cada momento estamos viviendo uno de esos puntos que más adelante vamos a saber cómo conectar. Lo invito a relajarse, abrazarse y escuchar. Gracias 3

Algo de lo que tan poco nos hablaron. Que tuvimos que ir encontrando, descubriendo por nosotros mismos un poco a los tropezones, a los dolores y a las decepciones que fuimos atravesando en nuestro camino. Ojalá nos hubieran enseñado que vinimos a dar, pero también a recibir. Ojalá nuestro niño no hubiera crecido sintiendo que todo afuera era hostil. Ojalá en nuestra casa de chicos nos hubieran enseñado a encontrar el equilibrio entre estas dos energías. Pero probablemente no lo hicieron. Y está bien. Hicieron lo mejor que podían.

Este podcast invita a una reflexión que es llave a esa puerta que da lugar a que una energía de equilibrio comience a fluir en mis relaciones. En mi relación conmigo mismo, con los otros, y con la vida.

Para que entiendas que viniste a dar. Pero que también merecés recibir. Y descubras así esos límites de amor propio sobre los cuales vas a poder empezar a descansar, y construir tu vida de ahora en más.

Los dejo con estas palabras.

Los quiero,

Delfi

Pequeño, poderoso y merecido catarsis-brindis por todos esos errores cometidos sobre los cuales nos asustaron pero que en verdad nos acercaron un poquito más a nosotros mismos. Brindo por cada “no” de la vida que nos pone creativos para salir a buscar eso que sí queremos. Desde Puerto Escondido. Gracias, México querido.