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Intranquilidad o Quietud Un Minuto Con Dios - Dr. Rolando D. Aguirre

    • Espiritualidad

¡Es interesante saber que a las ovejas no les gusta acostarse! Su intranquilidad refleja un aspecto común de nuestras vidas. Sin embargo, cuando nos encontramos en un estado de inquietud constante, Dios nos ofrece descanso. Aunque el descanso no es la única solución, es una parte fundamental para nuestra salud integral. La inquietud prolongada puede llevar al agotamiento, generando fatiga física, emocional y espiritual.

Uno de los nombres hebreos de Dios es Jehová “Shalom”, que significa paz. Jehová Shalom se traduce como “Yo soy el Dios de la paz”. Jesús también nos habla de la paz en Juan 14:27, prometiendo un regalo de paz para nuestras mentes y corazones, una paz que el mundo no puede ofrecer. Esta paz no está condicionada por nuestras acciones o circunstancias; es un regalo que Dios nos ofrece libremente.
Cuando Dios nos ofrece un regalo de paz, lo hace con seriedad y generosidad. No es algo que debamos ganar, merecer o rogar. La paz no se basa en una vida exenta de problemas, sino que es una elección que podemos hacer, un regalo disponible para nosotros en cualquier momento. La Biblia dice en el Salmo 127:2, “De nada sirve que ustedes se levanten muy temprano, ni que se acuesten muy tarde, ni que trabajen muy duro para ganarse el pan; cuando Dios quiere a alguien, le da un sueño tranquilo”, (TLA)

¡Es interesante saber que a las ovejas no les gusta acostarse! Su intranquilidad refleja un aspecto común de nuestras vidas. Sin embargo, cuando nos encontramos en un estado de inquietud constante, Dios nos ofrece descanso. Aunque el descanso no es la única solución, es una parte fundamental para nuestra salud integral. La inquietud prolongada puede llevar al agotamiento, generando fatiga física, emocional y espiritual.

Uno de los nombres hebreos de Dios es Jehová “Shalom”, que significa paz. Jehová Shalom se traduce como “Yo soy el Dios de la paz”. Jesús también nos habla de la paz en Juan 14:27, prometiendo un regalo de paz para nuestras mentes y corazones, una paz que el mundo no puede ofrecer. Esta paz no está condicionada por nuestras acciones o circunstancias; es un regalo que Dios nos ofrece libremente.
Cuando Dios nos ofrece un regalo de paz, lo hace con seriedad y generosidad. No es algo que debamos ganar, merecer o rogar. La paz no se basa en una vida exenta de problemas, sino que es una elección que podemos hacer, un regalo disponible para nosotros en cualquier momento. La Biblia dice en el Salmo 127:2, “De nada sirve que ustedes se levanten muy temprano, ni que se acuesten muy tarde, ni que trabajen muy duro para ganarse el pan; cuando Dios quiere a alguien, le da un sueño tranquilo”, (TLA)

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