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En este podcast encontrarás una forma práctica y sencilla de acercarte a Dios. Escucha y comparte a aquellos que lo necesiten.

Un Minuto Con Dios - Dr. Rolando D. Aguirre Rolando D. Aguirre

    • Religión y espiritualidad

En este podcast encontrarás una forma práctica y sencilla de acercarte a Dios. Escucha y comparte a aquellos que lo necesiten.

    La Desesperación

    La Desesperación

    “La desesperación puede llevar a una persona a hacer cosas sorprendentes". Esto resuena como una gran verdad, ya que la desesperación a menudo nos conduce a acciones impulsivas y poco sabias. Malas decisiones, inversiones erróneas y relaciones dañinas son solo algunos ejemplos de lo que puede surgir de la desesperación. La desesperación se define como la pérdida total de la esperanza, paciencia o tranquilidad de ánimo, generalmente causada por la consideración de un mal irreparable o por la impotencia de lograr el éxito.
    Dios anhela que entreguemos nuestra desesperación, intranquilidad y condiciones aparentemente irreparables a Él. Su deseo es sanar nuestros corazones, calmar nuestras ansiedades y tranquilizar nuestro ser por completo. Él es la fuente de paz y tranquilidad, capacitándonos para actuar de acuerdo con Su voluntad. Él nos perdona, nos levanta, nos sostiene y nos alienta, incluso en las situaciones más desesperadas. Además, Él tiene el poder de reparar lo que parece irreparable.

    Entonces, ¿qué debemos hacer en medio de la desesperación? He aquí hay algunas opciones: presentar nuestras ansiedades delante de Él, depositar nuestra intranquilidad en Sus manos y dejar ante Él nuestros dolores, pesares, desaciertos y circunstancias que nos llenan de desesperación. Pero sobre todo, debemos aprender a esperar en Él, confiando en Su bondad y soberanía incluso cuando todo parece oscuro.
    La Biblia dice en Santiago 1:4, “Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna” (RV1960).

    • 2 min
    Flexibilidad

    Flexibilidad

    Hay gimnastas que son supremamente flexibles. Pasan horas y horas entrenando para que sus coyunturas, tejidos y músculos estén listos para el momento de sus competencias. Si ellos no desarrollan flexibilidad todos los días, no podrán tener un buen desempeño en sus competencias. De la misma manera, debemos aprender a ser mentalmente más flexibles y no tan rígidos.

    Para ser más flexibles hay algunos consejos: 1. Escucha con interés y curiosidad. Esto no te obliga a cambiar. 2. Recuerda que cambiar no es una debilidad. 3. Sé curioso y trata de aprender a cada momento. 4. Muchas veces cambiar es progresar. 5. Sé generoso y cede cuando sea lo correcto. 6. Cuida tu comunicación, ya que eres un modelo de conducta. Por último, el ser flexible es reconocer que no todo lo que se planea sale y que de las sorpresas que nos da la vida resultan grandes enseñanzas.

    ¿Qué tan flexible eres? Si tienes problemas con esto, como muchas veces yo lo tengo, pidámosle a Dios que nos enseñe a ser más flexibles, pero siempre siguiendo Su voluntad. El apóstol Pablo dijo en 1 Corintios 9:22, “22 Cuando estoy con los que son débiles, me hago débil con ellos, porque deseo llevar a los débiles a Cristo. Sí, con todos trato de encontrar algo que tengamos en común, y hago todo lo posible para salvar a algunos” (NTV).

    • 1m
    Lo Que Esperamos

    Lo Que Esperamos

    La vida nos sumerge en un mar de expectativas desde una edad temprana: expectativas académicas, sociales, laborales e incluso espirituales. Denis Waitley ofreció una perspectiva interesante al decir: “Espera lo mejor, planea lo peor y prepárate para sorprenderte”, reconociendo la imprevisibilidad de la vida.

    Sin embargo, surge la pregunta crucial: ¿Qué tipo de expectativas deberíamos cumplir? Aquí radica la esencia del asunto. Algunos se esfuerzan por satisfacer las expectativas de los demás a expensas de las suyas propias, mientras que otros, solo piensan en sí mismos y olvidan a los demás. ¿Cuál es la solución? La respuesta, aunque simple, es profundamente significativa: “debemos esforzarnos por cumplir las expectativas de Dios”.
    Para lograr esto, es fundamental conocer Su Palabra y Sus principios para nuestras vidas ya que centrarnos exclusivamente en las expectativas humanas nunca nos llevará a la satisfacción genuina. Como señaló Alejandro Santafé, “a menudo esperamos que los demás se ajusten a nuestros deseos, lo que nos impide aceptarlos tal como son”. En última instancia, son nuestras propias expectativas las que nos decepcionan y no las personas en sí mismas. Dios, por otro lado, solo espera que le entreguemos nuestros corazones y que lo sigamos con sinceridad. ¿Estamos dispuestos a hacerlo? Al elegir seguir a Dios, encontramos una guía sólida y una fuente de expectativas que nos llevarán a una vida más plena y significativa. La Biblia dice en Miqueas 6:8, “Oh pueblo, el Señor te ha dicho lo que es bueno, y lo que él exige de ti: que hagas lo que es correcto, que ames la compasión y que camines humildemente con tu Dios” (NTV).

    • 2 min
    Intranquilidad o Quietud

    Intranquilidad o Quietud

    ¡Es interesante saber que a las ovejas no les gusta acostarse! Su intranquilidad refleja un aspecto común de nuestras vidas. Sin embargo, cuando nos encontramos en un estado de inquietud constante, Dios nos ofrece descanso. Aunque el descanso no es la única solución, es una parte fundamental para nuestra salud integral. La inquietud prolongada puede llevar al agotamiento, generando fatiga física, emocional y espiritual.

    Uno de los nombres hebreos de Dios es Jehová “Shalom”, que significa paz. Jehová Shalom se traduce como “Yo soy el Dios de la paz”. Jesús también nos habla de la paz en Juan 14:27, prometiendo un regalo de paz para nuestras mentes y corazones, una paz que el mundo no puede ofrecer. Esta paz no está condicionada por nuestras acciones o circunstancias; es un regalo que Dios nos ofrece libremente.
    Cuando Dios nos ofrece un regalo de paz, lo hace con seriedad y generosidad. No es algo que debamos ganar, merecer o rogar. La paz no se basa en una vida exenta de problemas, sino que es una elección que podemos hacer, un regalo disponible para nosotros en cualquier momento. La Biblia dice en el Salmo 127:2, “De nada sirve que ustedes se levanten muy temprano, ni que se acuesten muy tarde, ni que trabajen muy duro para ganarse el pan; cuando Dios quiere a alguien, le da un sueño tranquilo”, (TLA)

    • 1m
    La Culpabilidad

    La Culpabilidad

    En la sala de espera de una cita, me encontré con esta reflexión: “El sentimiento de culpa nos impide ver las cosas con claridad”. Es una verdad que todos hemos experimentado en algún momento de nuestras vidas. Nadie es perfecto y todos hemos causado daño a otros en algún momento, ya sea con acciones egoístas o palabras hirientes, especialmente a aquellos a quienes más amamos. Como resultado, a menudo nos encontramos lidiando con un peso de culpa que nubla nuestra percepción.

    Sin embargo, existe un camino para liberarnos de esta carga: “Confesar nuestros pecados y confiar en el perdón de Dios”. La palabra “confesión” en griego, “homologeo”, se desglosa en “homo”, que significa “el mismo”, y “logeo”, que significa “hablar”. Por lo tanto, confesar significa estar de acuerdo con Dios, reconocer nuestros errores y admitir nuestra necesidad de perdón. Jesús toma sobre sí mismo nuestras culpas, nos perdona y nos libera de su peso.
    Si todavía nos sentimos atrapados en la culpa, es posible que no entendamos completamente la bondad de Dios. Cuando Jesús murió, cubrió todos nuestros pecados y los arrojó al fondo del océano, colocando un cartel que dice “No pescar”. Si hemos confesado nuestros pecados ante Dios, ¿por qué seguimos cargando con ellos cuando Él ya los ha perdonado y olvidado? Permitámonos liberarnos de la carga de la culpa y abrazar la gracia y el perdón que Dios nos ofrece. La Biblia dice en Isaías 53: 5-6, “Él fue traspasado por nuestras rebeliones, y molido por nuestras iniquidades . . . Todos andábamos perdidos, como ovejas; cada uno seguía su propio camino, pero el Señor hizo recaer sobre él la iniquidad de todos nosotros” (NTV).

    • 2 min
    Cuando Se Libera El Alma

    Cuando Se Libera El Alma

    Jimi Hendrix una vez afirmó: "Con el poder del alma, cualquier cosa es posible". El alma, esa dimensión íntima que alberga nuestros sentimientos, emociones y voluntad, es verdaderamente poderosa. Sin embargo, también puede convertirse en prisionera de resentimientos, amarguras y heridas profundas que impactan nuestra vida y acciones. La pregunta fundamental es entonces: ¿cómo podemos permitir que Dios restaure nuestra alma?

    En primer lugar, es fundamental confiar en el buen pastor para el perdón de nuestros pecados. Aunque todos hemos fallado y nos hemos alejado de la gloria de Dios debido a nuestros errores, encontramos justificación a través de la gracia de Cristo Jesús. En segundo lugar, debemos liberarnos del peso del resentimiento y enfocarnos en el futuro. No podemos experimentar la restauración del alma si seguimos aferrados al rencor. La Palabra de Dios nos exhorta a abandonar toda amargura, ira, enojo, y toda forma de malicia (Efesios 4:31). Por último, es vital unirse a Jesús para que Él comparta nuestras cargas. Cuando nos unimos a Jesús, no tenemos que llevar nuestras cargas solos. Como lo dice claramente la Escritura: "Vengan a mí todos los que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso" (Mateo 11:28, NVI). Recuerda siempre que Dios está atento para restaurar a los corazones quebrantados. Acércate a Él con confianza, permitiéndole obrar en tu alma para traer sanidad y restauración. Él. La Biblia dice en Isaías 41:13, “Porque yo soy el Señor tu Dios, que sostiene tu diestra, que te dice: No temas, yo te ayudaré” (NTV).

    • 2 min

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