17 min

3er Domingo de Pascua – No teman, soy yo La Palabra Contemplada

    • Christianity

Reflexión

Continuamos con el periodo de alegría pascual con este tercer domingo de Pascua, aprendiendo de las Escrituras, como los discípulos aprendieron de boca de Jesús.

En la primera lectura vemos la predicación kerigmatica de Pedro dirigida hacia al pueblo judío. La oportunidad para realizar esta predicación sucede como resultado de la sanación de un hombre tullido que realiza Pedro. Justo antes de este pasaje, Pedro les pregunta a la gente: ¿porqué se sorprenden como si nosotros tuviéramos algún poder? Pedro les explica que estos milagros vienen de Dios, así como también las obras de Jesús vienen de Dios. Su predicación la realiza en términos que resuenan con su audiencia: Dios es el Dios de Abrahán, de Isaac y Jacob, como Dios mismo se describió en el libro del Éxodo, cap. 3. El punto de presentar a Dios de esta manera es el de establecer la conexión: el Dios de la historia, el Dios que realizo grandes maravillas, está actuando una vez más en nuestros días. A Jesús también lo describe en términos que ellos pueden entender: Jesús es el siervo que Isaías había visto y describe en los pasajes conocidos como los “canticos del siervo sufriente.” Vale la pena ver el método de predicación de Pedro: no deja de mencionar el pecado del pueblo, para no “ofenderlos,” como hacen hoy día muchos predicadores. ¿Cuantos de ustedes han oído hoy en día un sermón sobre el pecado? Para poder sanar el pecado, primero se tiene que traer a la luz. Pedro menciona que la razón fue primordialmente por ignorancia, pero Dios de cualquier manera actúa, aun en el pecado y la ignorancia humana, para cumplir sus designios. La predicación no queda en la condenación, sino que hay un llamado a la conversión y al arrepentimiento. De esta manera continua a través de la historia el mensaje profético de arrepentimiento y conversión, desde los profetas, pasando por Juan el Bautista y nuestro Señor Jesucristo, por los apóstoles hasta nuestros días.

En la segunda lectura de la Primera Carta de Juan tenemos una exhortación a vivir una vida recta. No podemos decir que conocemos a Dios, si nuestra vida no da muestras de nuestra fe.El Cristiano que no vive de acuerdo a los mandamientos vive en una mentira, como nos dice aquí Juan. Ahora, Juan y la Iglesia reconocen que en nuestra fragilidad humana, es muy fácil caer. Por eso las maravillosas palabras de aliento:Pero si alguno peca,tenemos un abogado ante el Padre:a Jesucristo, el Justo.Él es víctima de propiciación por nuestros pecados,no sólo por los nuestros,sino también por los del mundo entero.

En el Evangelio Jesús tiene unas palabras para ti, y para mi: ¿por qué te turbas? ¿por qué tienes dudas en tu corazón? En esta temporada de Pascua, Jesús nos esta mostrando que el ha vencido a la muerte. A vencido a la muerte, al pecado, al sufrimiento. Jesús resucitado nos muestra lo que nos espera a los que creemos en el: un triunfo final sobre todas estas cosas. Y si tenemos a Dios de nuestro lado, ¿por qué dudamos? ¿por qué nos afligimos? ¡Cristo resucitó, Cristo vive!Para que nuestra fe este viva, para que nuestro corazón arda con esta fe, es necesario salir al encuentro de Cristo en las Escrituras. Nuestro Señor les explica que era necesario que se cumpliera todo lo que decían la Ley, los Profetas y los Salmos sobre él. Esta es la división tradicional de las Escrituras Judías, nuestro Antiguo Testamento. Todas las Escrituras hablan de Jesús, por eso es necesario para todos los Cristianos el orar, reflexionar, y estudiar las Sagradas Escrituras. En esta temporada de Pascua te invito a compartir de la alegría de la Resurrección de nuestro Señor, saliendo a su encuentro en las Escrituras.Paz y bien.



Las lecturas de este domingo las pueden encontrar en el sitio de USCCB:

http://www.usccb.org/bible/lecturas/041915.cfm





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Reflexión

Continuamos con el periodo de alegría pascual con este tercer domingo de Pascua, aprendiendo de las Escrituras, como los discípulos aprendieron de boca de Jesús.

En la primera lectura vemos la predicación kerigmatica de Pedro dirigida hacia al pueblo judío. La oportunidad para realizar esta predicación sucede como resultado de la sanación de un hombre tullido que realiza Pedro. Justo antes de este pasaje, Pedro les pregunta a la gente: ¿porqué se sorprenden como si nosotros tuviéramos algún poder? Pedro les explica que estos milagros vienen de Dios, así como también las obras de Jesús vienen de Dios. Su predicación la realiza en términos que resuenan con su audiencia: Dios es el Dios de Abrahán, de Isaac y Jacob, como Dios mismo se describió en el libro del Éxodo, cap. 3. El punto de presentar a Dios de esta manera es el de establecer la conexión: el Dios de la historia, el Dios que realizo grandes maravillas, está actuando una vez más en nuestros días. A Jesús también lo describe en términos que ellos pueden entender: Jesús es el siervo que Isaías había visto y describe en los pasajes conocidos como los “canticos del siervo sufriente.” Vale la pena ver el método de predicación de Pedro: no deja de mencionar el pecado del pueblo, para no “ofenderlos,” como hacen hoy día muchos predicadores. ¿Cuantos de ustedes han oído hoy en día un sermón sobre el pecado? Para poder sanar el pecado, primero se tiene que traer a la luz. Pedro menciona que la razón fue primordialmente por ignorancia, pero Dios de cualquier manera actúa, aun en el pecado y la ignorancia humana, para cumplir sus designios. La predicación no queda en la condenación, sino que hay un llamado a la conversión y al arrepentimiento. De esta manera continua a través de la historia el mensaje profético de arrepentimiento y conversión, desde los profetas, pasando por Juan el Bautista y nuestro Señor Jesucristo, por los apóstoles hasta nuestros días.

En la segunda lectura de la Primera Carta de Juan tenemos una exhortación a vivir una vida recta. No podemos decir que conocemos a Dios, si nuestra vida no da muestras de nuestra fe.El Cristiano que no vive de acuerdo a los mandamientos vive en una mentira, como nos dice aquí Juan. Ahora, Juan y la Iglesia reconocen que en nuestra fragilidad humana, es muy fácil caer. Por eso las maravillosas palabras de aliento:Pero si alguno peca,tenemos un abogado ante el Padre:a Jesucristo, el Justo.Él es víctima de propiciación por nuestros pecados,no sólo por los nuestros,sino también por los del mundo entero.

En el Evangelio Jesús tiene unas palabras para ti, y para mi: ¿por qué te turbas? ¿por qué tienes dudas en tu corazón? En esta temporada de Pascua, Jesús nos esta mostrando que el ha vencido a la muerte. A vencido a la muerte, al pecado, al sufrimiento. Jesús resucitado nos muestra lo que nos espera a los que creemos en el: un triunfo final sobre todas estas cosas. Y si tenemos a Dios de nuestro lado, ¿por qué dudamos? ¿por qué nos afligimos? ¡Cristo resucitó, Cristo vive!Para que nuestra fe este viva, para que nuestro corazón arda con esta fe, es necesario salir al encuentro de Cristo en las Escrituras. Nuestro Señor les explica que era necesario que se cumpliera todo lo que decían la Ley, los Profetas y los Salmos sobre él. Esta es la división tradicional de las Escrituras Judías, nuestro Antiguo Testamento. Todas las Escrituras hablan de Jesús, por eso es necesario para todos los Cristianos el orar, reflexionar, y estudiar las Sagradas Escrituras. En esta temporada de Pascua te invito a compartir de la alegría de la Resurrección de nuestro Señor, saliendo a su encuentro en las Escrituras.Paz y bien.



Las lecturas de este domingo las pueden encontrar en el sitio de USCCB:

http://www.usccb.org/bible/lecturas/041915.cfm





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