Salen de despedida de soltero por León, se encuentran con otra en un bar y lo que acaba pasando hace que cambien la legislación
Diademas con velos de novia, gritos hasta las nueve de la mañana, disfraces obscenos, megáfonos, peleas multitudinarias y gente con copas de más en pleno centro. Dentro de menos de un mes comienza la temporada de las despedidas de soltero.
La opción más recurrente es escaparse un fin de semana con los amigos que suele terminar costando entre 200€ y 800€. Y, aunque el objetivo principal es este plan es la diversión, hay grupos que dejan mucho que desear con su comportamiento.
Al final, los excesos de esta celebración lo terminan pagando vecinos, hosteleros de la zona o, incluso, otros turistas que planean visitas más familiares y tranquilas.
Por eso algunas ciudades han comenzado a establecer normativas que prohíban comportamientos molestos en las despedidas de soltero. La última en sumarse a esta iniciativa ha sido León.
Allí el ayuntamiento ha puesto coto a cosas como: el uso de megáfonos, la exhibición de objetos de contenido sexual, los disfraces ...