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En el año 14 Roma gobernaba vastos dominios. En ese año el imperio se hallaba al borde del abismo. Había muerto el emperador Augusto, quien había sido una figura imponente.
Acabó con un siglo de guerra civil. Presidió 40 años de paz y prosperidad internas, y tuvo el poder suficiente para forjar el poder que mantuvo unido al imperio. Pero la paz de Augusto se cobró su tributo. Al término de su vida, después de haber gobernado como un monarca y fundado una dinastía agobiada por las tensiones.
Augusto había eclipsado al senado, y sus herederos fueron hombres que gobernaron Roma durante años de terror político, locura imperial y asesinatos.
Por otra parte, en la lejanía había nacido otra religión que un día engulliría el mismo impero. Los años que siguieron fueron años de aflicción que pusieron a prueba la resistencia de los hombres y mujeres del Imperio Romano en el siglo I.

Según la Biblia, hace algo más de 2.000 años tuvo lugar uno de los acontecimientos más importantes de la historia. Se dice que una campesina judía de 14 años, una virgen llamada María, dio a luz milagrosamente al salvador de su pueblo.
La mayor parte de su vida parece haber desaparecido, pues los evangelios desvelan poco de ella. ¿Cómo puede haber tan poco sobre ella en el nuevo testamento, y tanto en la iglesia?

Moisés conduciendo a su pueblo hacia la libertad fue un acontecimiento lleno de sucesos sobrenaturales; son tantos milagros que muchos expertos creen que se trata de una gran obra de ficción. ¿Se inventaron los imaginativos escrivas judíos un relato dramático para dar una historia a su pueblo?
Muchos estudiosos actuales han afirmado que tanto Moisés como el éxodo son fantasía.
Las nuevas herramientas arqueológicas y la ciencia actual han desvelado nuevas pruebas que permiten arrojar algo de luz sobre la historia del éxodo judío.

El 14 de marzo dee 1938, Adolf Hitler recorrió Viena aclamado por las multitudes. Viena era la ciudad de su juventud, a la que regresaba como un héroe conquistador.
El azar le llevó a visitar el Palacio Imperial, donde se exhibían los tesoros de un valor incalculable de la antigua monarquía. En medio de esa espléndida colección, un objeto llamó poderosamente la atención: era una lanza aparentemente insignificante y vulgar en cuya hoja se leía una inscripción en latín: «lanza el clavo del señor».
Hitler la observó durante más de una hora, y aquella misma noche dio dos órdenes: detener a todos los judíos de Viena y enviar a Alemania la santa lanza del tesoro de los Halzsburgo. Hitler se creyó entonces con poder para conquistar el mundo. ¿Por qué anhelaba Adolf Hitler aquel objeto sagrado? ¿Cuál era su poder místico? ¿Por qué durante más de 2.000 años tantas personas lucharon a muerte por empuñar la lanza sagrada?

Hace 2.500 años, una mujer de mediana edad se sentaba en este templo griego, majestuoso en aquellos tiempos. Predecía el destino de imperios y reyes. Pronunciaba sus profecías en trance, seguramente bajo la influencia de antiguas drogas, y lo hacía en forma de adivinanzas que había que interpretar correctamente.
El Oráculo de Delfos era uno de los más celebrados y poderosos de la antigüedad; se creía que a través de aquella mujer hablaban los mismos dioses, pues la exactitud de las predicciones era extraordinaria, tanto que incluso los filósofos más escépticos confiaban en el oráculo.

En enero, los aliados occidentales se recuperan lentamente de la ofensiva de las Ardenas, recobrando el control de la situación.
Al mismo tiempo, el Ejército Rojo despliega la ofensiva militar de mayor envergadura de la historia.
En febrero, los bombarderos británicos pulverizan las ciudades alemanas, tras una serie de decisiones militares controvertidas y atestadas de intrigas.