Sólo los tontos se precipitan
El que se afana es invencible. Y es que, en efecto, no lucha en donde no es más fuerte, sino en donde es más fuerte. Normal. Por tanto, ¿quieres el cam-po? Tómalo. ¿Los siervos? Tómalos. ¿El poder? Tomalo. ¿El cuerpecillo? Pero no harás que rechace mi deseo ni que vaya a caer en el objeto de mi aversión.
Sólo entra en esta lucha: en la de lo que depende del albedrío. ¿Como, enton-ces, no va a ser invencible?
EPICTETO, Disertaciones por Arriano, 3.6.5-7
Información
- Programa
- FrecuenciaCada día
- Publicado19 de agosto de 2024, 01:15 UTC
- Duración2 min
- ClasificaciónApto