4. Cero Religiosidad. | Agentes Valientes

Si no tengo amor, de nada me sirve hablar todos los idiomas del mundo, y hasta el idioma de los ángeles. Si no tengo amor, soy como un pedazo de metal ruidoso; ¡soy como una campana desafinada! Si no tengo amor, de nada me sirve hablar de parte de Dios y conocer sus planes secretos. De nada me sirve que mi confianza en Dios me haga mover montañas. Si no tengo amor, de nada me sirve darles a los pobres todo lo que tengo. De nada me sirve dedicarme en cuerpo y alma a ayudar a los demás. Jesús, es el verdadero amor. Como cristianos, muchas veces nos acostumbramos a estar en las cuatro paredes de la iglesia, y usar un “Dios te bendiga” ya es tan común que a veces solo lo decimos por decirlo. Como hijo de Dios, es importante que no solo uses muletillas o que incluso sigas la conducta que todos tienen dentro de tu iglesia. Un verdadero compromiso, es mucho más que eso. Se trata de ser un impacto, en tu escuela, en tu trabajo, incluso dentro de la iglesia. Que cada palabra y sobre todo, cada acto refleje un verdadero encuentro con aquel que dio todo por ti y por mí. No basta con dar de comer a los más necesitados, no basta con servir todo el tiempo, no basta con usar palabras usuales dentro de la iglesia. Las obras son buenas, son frutos de una fe que no esta muerta. Pero todo hazlo con amor. Y sobre todo ten presente al verdadero amor que es Jesús. Esforcémonos por ser jóvenes comprometidos, fieles, leales, de una sola pieza. Seamos jóvenes que aman, que se levantan, que son fuertes y valientes. Salgamos a impactar haya afuera y miremos el cambio que podemos lograr no solo en nuestro municipio, si no en nuestro estado, país y aun en el mundo entero. Ama a Dios y ama a las personas, haz todo con amor. Sólo el amor vive para siempre. Llegará el día en que ya nadie hable de parte de Dios, ni se hable en idiomas extraños, ni sea necesario conocer los planes secretos de Dios. 9 Las profecías, y todo lo que ahora conocemos, es imperfecto. 10 Cuando llegue lo que es perfecto, todo lo demás se acabará. 11 Alguna vez fui niño. Y mi modo de hablar, mi modo de entender las cosas, y mi manera de pensar eran los de un niño. Pero ahora soy una persona adulta, y todo eso lo he dejado atrás. 12 Ahora conocemos a Dios de manera no muy clara, como cuando vemos nuestra imagen reflejada en un espejo a oscuras. Pero, cuando todo sea perfecto, veremos a Dios cara a cara. Ahora lo conozco de manera imperfecta; pero cuando todo sea perfecto, podré conocerlo como él me conoce a mí. Hay tres cosas que son permanentes: la confianza en Dios, la seguridad de que él cumplirá sus promesas, y el amor. De estas tres cosas, la más importante es el amor. 1 Corintios 13. ¡Cero Religiosidad!