1,167 episodios

Reflexiones diarias de las lecturas por parte del presbítero Juan Diego Ruiz Arango.
Todos los días subimos la palabra de Dios y su reflexión.

Reflexiones diarias Padre Juan Diego Ruiz Arango. Medellín. Colombia‪.‬ Padre Juan Diego Ruiz Arango.

    • Religión y espiritualidad

Reflexiones diarias de las lecturas por parte del presbítero Juan Diego Ruiz Arango.
Todos los días subimos la palabra de Dios y su reflexión.

    Reflexión lunes 24 de junio de 2024. Padre Juan Diego Ruiz Arango.

    Reflexión lunes 24 de junio de 2024. Padre Juan Diego Ruiz Arango.

    Primera lectura
    Is 49, 1-6

    Te hago luz de las naciones

    Lectura del libro de Isaías

    Escuchadme, islas;
    atended, pueblos lejanos:
    Estaba yo en el vientre, y el Señor me llamó;
    en las entrañas maternas, y pronunció mi nombre.
    Hizo de mi boca una espada afilada,
    me escondió en la sombra de su mano;
    me hizo flecha bruñida,
    me guardó en su aljaba
    y me dijo:
    «Tú eres mi siervo,
    de quien estoy orgulloso».
    Mientras yo pensaba: «En vano me he cansado,
    en viento y en nada he gastado mis fuerzas»,
    en realidad mi derecho lo llevaba el Señor,
    mi salario lo tenía mi Dios.
    Y ahora habla el Señor,
    que desde el vientre me formó siervo suyo,
    para que le trajese a Jacob,
    para que le reuniese a Israel
    —tanto me honró el Señor,
    y mi Dios fue mi fuerza—:
    «Es poco que seas mi siervo
    y restablezcas las tribus de Jacob
    y conviertas a los supervivientes de Israel;
    te hago luz de las naciones,
    para que mi salvación alcance
    hasta el confín de la tierra».

    Palabra de Dios.
    Salmo
    Salmo 138, 1-3. 13-14. 15 (R.: 14a)

    R. Te doy gracias, porque me has escogido portentosamente.

    V. Señor, tú me sondeas y me conoces;
    me conoces cuando me siento o me levanto,
    de lejos penetras mis pensamientos;
    distingues mi camino y mi descanso,
    todas mis sendas te son familiares. R.

    V. Tú has creado mis entrañas,
    me has tejido en el seno materno.
    Te doy gracias,
    porque me has escogido portentosamente,
    porque son admirables tus obras;
    conocías hasta el fondo de mi alma. R.

    V. No desconocías mis huesos,
    cuando, en lo oculto, me iba formando,
    y entretejiendo en lo profundo de la tierra. R.
    Segunda lectura
    Hch 13, 22-26

    Antes de que llegara Cristo, Juan predicó

    Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles

    En aquellos días, dijo Pablo:
    «Dios nombró rey a David, de quien hizo esta alabanza: "Encontré a David, hijo de Jesé, hombre conforme a mi corazón, que cumplirá todos mis preceptos". Según lo prometido, Dios sacó de su descendencia un salvador para Israel: Jesús. Antes de que llegara, Juan predicó a todo Israel un bautismo de conversión; y, cuando estaba para acabar su vida, decía: "Yo no soy quien pensáis; viene uno detrás de mí a quien no merezco desatarle las sandalias".
    Hermanos, descendientes de Abrahán y todos los que teméis a Dios: A vosotros se os ha enviado este mensaje de salvación».

    Palabra de Dios.
    Aclamación
    R. Aleluya, aleluya
    V. A ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos. R.
    Evangelio
    Lc 1, 57-66. 80

    El nacimiento de Juan Bautista. Juan es su nombre

    Lectura del santo Evangelio según san Lucas

    A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo. Se enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le había hecho una gran misericordia, y la felicitaban.
    A los ocho días fueron a circuncidar al niño, y lo llamaban Zacarías, como a su padre. La madre intervino diciendo:
    «¡No! Se va a llamar Juan».
    Le replicaron:
    «Ninguno de tus parientes se llama así».
    Entonces preguntaban por señas al padre cómo quería que se llamase. Él pidió una tablilla y escribió: «Juan es su nombre». Todos se quedaron extrañados.
    Inmediatamente se le soltó la boca y la lengua, y empezó a hablar bendiciendo a Dios.
    Los vecinos quedaron sobrecogidos, y corrió la noticia por toda la montaña de Judea. Y todos los que lo oían reflexionaban diciendo:
    «¿Qué va a ser este niño?».
    Porque la mano del Señor estaba con él.
    El niño iba creciendo, y su carácter se afianzaba; vivió en el desierto hasta que se presentó a Israel.

    Palabra del Señor.

    • 9 min
    Reflexión Domingo 23 de junio de 2024. Padre Juan Diego Ruiz Arango.

    Reflexión Domingo 23 de junio de 2024. Padre Juan Diego Ruiz Arango.

    Primera lectura
    Jb 38,1.8-11

    Aquí se romperá la arrogancia de tus olas

    Lectura del libro de Job.

    EL Señor habló a Job desde la tormenta:
    «¿Quién cerró el mar con una puerta,
    cuando escapaba impetuoso de su seno,
    cuando le puse nubes por mantillas
    y nubes tormentosas por pañales,
    cuando le establecí un límite
    poniendo puertas y cerrojos,
    y le dije: "Hasta aquí llegarás y no pasarás;
    aquí se romperá la arrogancia de tus olas"?».

    Palabra de Dios.
    Salmo
    Sal 107(106),23-24.24-25.28-29.30-31 (cf. Mc 4,40)

    R. ¡Den gracias al Señor,
    Porque es eterna su misericordia!

    O bien:

    R. Aleluya.

    V. Entraron en naves por el mar,
    comerciando por las aguas inmensas.
    Contemplaron las obras de Dios,
    sus maravillas en el océano. R.

    V. Él habló y levantó un viento tormentoso,
    que alzaba las olas a lo alto:
    subían al cielo, bajaban al abismo,
    se sentían sin fuerzas en el peligro. R.

    V. Pero gritaron al Señor en su angustia,
    y los arrancó de la tribulación.
    Apaciguó la tormenta en suave brisa,
    y enmudecieron las olas del mar. R.

    V. Se alegraron de aquella bonanza,
    y él los condujo al ansiado puerto.
    Den gracias al Señor por su misericordia,
    por las maravillas que hace con los hombres. R.
    Segunda lectura
    2Co 5,14-17

    Ha comenzado lo nuevo

    Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios.

    HERMANOS:
    Nos apremia el amor de Cristo al considerar que, si uno murió por todos, todos murieron.
    Y Cristo murió por todos, para que los que viven ya no vivan para sí, sino para el que murió y resucitó por ellos.
    De modo que nosotros desde ahora no conocemos a nadie según la carne; si alguna vez conocimos a Cristo según la carne, ahora ya no lo conocemos así.
    Por tanto, si alguno está en Cristo es una criatura nueva. Lo viejo ha pasado, ha comenzado lo nuevo.

    Palabra de Dios.
    Aclamación
    R. Aleluya, aleluya, aleluya.
    V. Un gran profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo. R.
    Evangelio
    Mc 4,35-41

    ¿Quién es este? ¡Hasta el viento y el mar lo obedecen!

    Lectura del santo Evangelio según san Marcos.

    AQUEL día, al atardecer, dijo Jesús a sus discípulos:
    «Vamos a la otra orilla».
    Dejando a la gente, se lo llevaron en barca, como estaba; otras barcas lo acompañaban. Se levantó una fuerte tempestad y las olas rompían contra la barca hasta casi llenarla de agua. Él estaba en la popa, dormido sobre un cabezal.
    Lo despertaron, diciéndole:
    «Maestro, ¿no te importa que perezcamos?».
    Se puso en pie, increpó al viento y dijo al mar:
    «¡Silencio, enmudece!».
    El viento cesó y vino una gran calma.
    Él les dijo:
    «¿Por qué tienen miedo? ¿Aún no tienen fe?».
    Se llenaron de miedo y se decían unos a otros:
    «¿Pero ¿quién es este? ¡Hasta el viento y el mar lo obedecen!».

    Palabra del Señor.

    • 7 min
    Reflexión sábado 22 de junio de 2024. Padre Juan Diego Ruiz Arango.

    Reflexión sábado 22 de junio de 2024. Padre Juan Diego Ruiz Arango.

    Primera lectura
    2Cro 24,17-25

    Zacarías, a quien mataron entre el santuario y el altar

    Lectura del segundo libro de las Crónicas.

    DESPUÉS de la muerte de Joadá, los jefes de Judá fueron a rendir homenaje al rey, que les hizo caso. Abandonaron el templo del Señor, Dios de sus padres, y sirvieron a los mojones y a los ídolos. Por este pecado la cólera estalló contra Judá y Jerusalén. Les envió profetas para convertirlos al Señor, pero no hicieron caso de sus amonestaciones.
    Entonces el Espíritu de Dios vino sobre Zacarías, hijo del sacerdote Joadá, que, erguido ante el pueblo, les dijo:
    «Así dice Dios: "¿Por qué quebrantan los mandamientos del Señor? !No tendrán éxito! Por haber abandonado al Señor, él los abandonará"».
    Pero conspiraron contra él y, por mandato del rey, lo apedrearon en el atrio del templo del Señor. El rey Jonás, olvidándose del amor que le profesaba Joadá, mató al hijo de este, que murió diciendo:
    «¡Que lo vea el Señor y lo demande!».
    Al cabo de un año, un ejército de Siria se dirigió contra Jonás, invadió Judá y Jerusalén, mató a todos los jefes del pueblo y envió todo el botín al rey de Damasco.
    Aunque el ejército de Siria contaba con poca gente, el Señor le entregó un ejército enorme, por haber abandonado al Señor, Dios de sus padres. Así se hizo justicia con Jonás.
    Al marcharse los sirios, dejándolo con múltiples dolencias, sus servidores conspiraron contra él para vengar al hijo del sacerdote Joadá.
    Hirieron a Jonás en la cama y murió.
    Fue sepultado en la Ciudad de David, pero no en el panteón real.

    Palabra de Dios.
    Salmo
    Sal 89(88),4-5.29-30. 31-32.33-34 (R. 29a)

    R. Le mantendré eternamente mi favor.

    V. Sellé una alianza con mi elegido,
    jurando a David, mi siervo:
    Te funsaré un linaje perpetuo,
    edificaré tu trono para todas las edades. R.

    V. Le mantendré eternamente mi favor,
    y mi alianza con él será estable.
    Le daré una posteridad perpetua
    y un trono duradero como el cielo. R.

    V. Si sus hijos abandonan mi ley
    y no siguen mis mandamientos,
    si profanan mis preceptos
    y no guardan mis mandatos. R.

    V. Castigaré con la vara sus pecados
    y a latigazos sus culpas.
    Pero no les retiraté mi favor
    ni desmentiré mi fidelidad. R.
    Aclamación
    R. Aleluya, aleluya, aleluya.
    V. Jesucristo, siendo rico, se hizo pobre para enriquecerlos con su pobreza. R.
    Evangelio
    Mt 6,24-34

    No se agobien por el mañana

    Lectura del santo Evangelio según san Mateo.

    EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
    «Nadie puede servir a dos señores. Porque despreciará a uno y amará al otro; o, al contrario, se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No pueden servir a Dios y al dinero.
    Por eso les digo: no estén agobiados por la vida de ustedes pensando qué van a comer, ni por el cuerpo de ustedes pensando con qué se van a vestir. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo que el vestido? Miren los pájaros del cielo: no siembran ni siegan, ni almacenan y, sin embargo, su Padre celestial los alimenta. ¿No valen ustedes más que ellos?
    ¿Quién de ustedes, a fuerza de agobiarse, podrá añadir una hora al tiempo de su vida?
    ¿Por qué se agobian por el vestido? Fíjense cómo crecen los lirios del campo: ni trabajan ni hilan. Y les digo que ni Salomón, en todo su esplendor, estaba vestido como uno de ellos. Pues si a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se arroja al horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más por ustedes, gente de poca fe? No anden agobiados pensando qué van a comer, o qué van a beber, o con qué se van a vestir. Los paganos se afanan por esas cosas. Ya sabe su Padre celestial que tienen necesidad de todo eso.
    Busquen sobre todo el reino de Dios y su justicia; y todo esto se les dará por añadidura. Por tanto, no se agobien por el mañana, porque el mañana traerá su propio agobio. A cada día le basta su desgracia».

    Palabra del Señor.

    • 8 min
    Reflexión viernes 21 de junio de 2024. Padre Juan Diego Ruiz Arango.

    Reflexión viernes 21 de junio de 2024. Padre Juan Diego Ruiz Arango.

    LECTURAS DE HOY
    21 JUNIO
    Lecturas de San Luis Gonzaga, religioso
    Primera Lectura
    Lectura del segundo libro de los Reyes (11,1-4.9-18.20):

    En aquellos días, cuando Atalía, madre del rey Ocozías, vio que su hijo había muerto, empezó a exterminar a toda la familia real. Pero cuando los hijos del rey estaban siendo asesinados, Josebá, hija del rey Jorán y hermana de Ocozías, raptó a Joás, hijo de Ocozías, y lo escondió con su nodriza en el dormitorio; así, se lo ocultó a Atalía y lo libró de la muerte. El niño estuvo escondido con ella en el templo durante seis años, mientras en el país reinaba Atalía. El año séptimo, Yehoyadá mandó a buscar a los centuriones de los carios y de la escolta; los llamó a su presencia, en el templo, se juramentó con ellos y les presentó al hijo del rey. Los centuriones hicieron lo que les mandó el sacerdote Yehoyadá; cada uno reunió a sus hombres, los que estaban de servicio el sábado y los que estaban libres, y se presentaron al sacerdote Yehoyadá. El sacerdote entregó a los centuriones las lanzas y los escudos del rey David, que se guardaban en el templo. Los de la escolta empuñaron las armas y se colocaron entre el altar y el templo, desde el ángulo sur hasta el ángulo norte del templo, para proteger al rey. Entonces Yehoyadá sacó al hijo del rey, le colocó la diadema y las insignias, lo ungió rey, y todos aplaudieron, aclamando: «¡Viva el rey!»
    Atalía oyó el clamor de la tropa y se fue hacia la gente, al templo. Pero, cuando vio al rey en pie sobre el estrado, como es costumbre, y a los oficiales y la banda cerca del rey, toda la población en fiesta y las trompetas tocando, se rasgó las vestiduras y gritó: «¡Traición, traición!»
    El sacerdote Yehoyadá ordenó a los centuriones que mandaban las fuerzas: «Sacadla del atrio. Al que la siga lo matáis.» Pues no quería que la matasen en el templo.
    La fueron empujando con las manos y, cuando llegaba a palacio por la puerta de las caballerizas, allí la mataron. Yehoyadá selló el pacto entre el Señor y el rey y el pueblo, para que éste fuera el pueblo del Señor. Toda la población se dirigió luego al templo de Baal; lo destruyeron, derribaron sus altares, trituraron las imágenes, y a Matán, sacerdote de Baal, lo degollaron ante el altar. El sacerdote Yehoyadá puso guardias en el templo. Toda la población hizo fiesta, y la ciudad quedó tranquila. A Atalía la habían matado en el palacio.

    Palabra de Dios

    Salmo
    Sal 131,11.12.13-14.17-18

    R/. El Señor ha elegido a Sión,
    ha deseado vivir en ella

    El Señor ha jurado a David
    una promesa que no retractará:
    «A uno de tu linaje
    pondré sobre tu trono.» R/.

    «Si tus hijos guardan mi alianza
    y los mandatos que les enseño,
    también sus hijos, por siempre,
    se sentarán sobre tu trono.» R/.

    Porque el Señor ha elegido a Sión,
    ha deseado vivir en ella:
    «Ésta es mi mansión por siempre,
    aquí viviré porque la deseo.» R/.

    «Haré germinar el vigor de David,
    enciendo una lámpara para mi Ungido.
    A sus enemigos los vestiré de ignominia,
    sobre él brillará mi diadema.» R/.

    Segunda Lectura
    Evangelio
    Lectura del santo evangelio según san Mateo (6,19-23):

    En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No atesoréis tesoros en la tierra, donde la polilla y la carcoma los roen, donde los ladrones abren boquetes y los roban. Atesorad tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni carcoma que se los coman ni ladrones que abran boquetes y roben. Porque donde está tu tesoro allí está tu corazón. La lámpara del cuerpo es el ojo. Si tu ojo está sano, tu cuerpo entero tendrá luz; si tu ojo está enfermo, tu cuerpo entero estará a oscuras. Y si la única luz que tienes está oscura, ¡cuánta será la oscuridad!»

    Palabra del Señor.

    • 6 min
    Reflexión jueves 20 de junio de 2024. Padre Juan Diego Ruiz Arango.

    Reflexión jueves 20 de junio de 2024. Padre Juan Diego Ruiz Arango.

    Primera lectura
    Sir 48,1-14

    Elías fue arrebatado en el torbellino, y Eliseo se llenó de su espíritu

    Lectura del libro del Eclesiástico.

    SURGIÓ el profeta Elías como un fuego,
    su palabra quemaba como antorcha.
    Él hizo venir sobre ellos el hambre,
    y con su celo los diezmó.
    Por la palabra del Señor cerró los cielos
    y también hizo caer fuego tres veces.
    ¡Qué glorioso fuiste, Elías, con tus portentos!
    ¿Quién puede gloriarse de ser como tú?
    Tú despertaste a un cadáver de la muerte
    y del abismo, por la palabra del Altísimo;
    tú precipitaste reyes a la ruina
    y arrebataste del lecho a hombres insignes;
    en el Sinaí escuchaste palabras de reproche
    y en el Horeb sentencias de castigo;
    tú ungiste reyes vengadores
    y profetas para que te sucedieran;
    fuiste arrebatado en un torbellino ardiente,
    en un carro de caballos de fuego;
    tú fuiste designado para reprochar los tiempos futuros,
    para aplacar la ira antes de que estallara,
    para reconciliar a los padres con los hijos
    y restablecer las tribus de Jacob.
    Dichosos los que te vieron
    y se durmieron en el amor,
    porque también nosotros viviremos.
    Cuando Elías fue arrebatado en el torbellino,
    Eliseo se llenó de su espíritu.
    Durante su vida ningún príncipe lo hizo temblar,
    nadie pudo dominarlo.
    Nada era imposible para él,
    incluso muerto, su cuerpo profetizó.
    Durante su vida realizó prodigios,
    y después de muerto fueron admirables sus obras.

    Palabra de Dios
    Salmo
    Sal 97(96),1-2.3-4.5-6.7 (R. 12a)

    R. Alégrense justos en el Señor.

    V. El Señor, reina, la tierra goza,
    se alegran las islas innumerables.
    Tiniebla y nube lo rodean,
    justicia y derecho sostienen su trono. R.

    V. Delante de él avanza el fuego,
    abrasando en torno a los enemigos;
    sus relámpagos deslumbran el orbe,
    y, viéndolos, la tierra se estremece. R.

    V. Los montes se derriten como cera ante el Señor,
    ante el Señor toda la tierra;
    los cielos pregonan su justicia,
    y todos los pueblos contemplan su gloria. R.

    V. Los que adoran estatuas se sonrojan,
    los que ponen su orgullo en los ídolos.
    Adórenlo todos sus ángeles. R.
    Aclamación
    R. Aleluya, aleluya, aleluya
    V. Han recibido un Espíritu de hijos de adopción, en el que clamamos: «¡ Abba, Padre!». R.
    Evangelio
    Mt 6,7-15.

    Ustedes oren así

    Lectura del santo Evangelio según san Mateo.

    EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
    «Cuando recen, no usen muchas palabras, como los gentiles, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso. No sean como ellos, pues su Padre sabe lo que les hace falta antes de que lo pidan. Ustedes oren así:
    "Padre nuestro que estás en el cielo,
    santificado sea tu nombre,
    venga a nosotros tu reino,
    hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo,
    danos hoy nuestro pan de cada día,
    perdona nuestras ofensas,
    como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden ,
    no nos dejes caer en la tentación,
    y líbranos del mal".
    Porque si perdona a los hombres sus ofensas, también a ustedes los perdonará su Padre celestial, pero si no perdonan a los hombres, tampoco su Padre perdonará sus ofensas».

    Palabra del Señor.

    • 8 min
    Reflexión miércoles 19 de junio de 2024. Padre Juan Diego Ruiz Arango.

    Reflexión miércoles 19 de junio de 2024. Padre Juan Diego Ruiz Arango.

    Primera lectura
    2R 2,1.6-14

    De pronto, un carro de fuego los separó, y subió Elías al cielo.

    Lectura del segundo libro de los Reyes.

    CUANDO el Señor iba a arrebatar a Elías al cielo en la tempestad, Elías y Eliseo partieron de Guilgal.
    Llegaron a Jericó, y Elías dijo a Eliseo:
    «Quédate aquí, porque el Señor me envía al Jordán».
    Eliseo volvió a responder:
    «¡Vive Dios! ¡Por tu vida, no te dejaré! y los dos continuaron el camino.
    Cincuenta hombres de la comunidad de los profetas iban también de camino y se pararon frente al río Jordán, a cierta distancia de Elías y Eliseo, los cuales se detuvieron a la vera del Jordán. Elías se quitó el manto, lo enrolló y golpeó con él las aguas. Se separaron estas a un lado y a otro, y pasaron ambos sobre terreno seco.
    Mientras cruzaban, dijo Elías a Eliseo:
    «Pídeme lo que quieras que haga por ti antes de que sea arrebatado de tu lado».
    Eliseo respondió:
    «Por favor, que yo reciba dos partes de tu espíritu».
    Respondió Elías:
    «Pides algo difícil, pero si alcanzas a verme cuando sea arrebatado de tu lado, pasarán a ti; si no; no pasarán».
    Mientras ellos iban conversando por el camino, de pronto, un carro de fuego con caballos de fuego los separó a uno del otro. Subió Elías al cielo en la tempestad.
    Eliseo lo veía y clamaba:
    «¡Padre mío, padre mío! ¡Carros y caballería de Israel!».
    Al dejar de verlo, agarró sus vestidos y los desgarró en dos.
    Recogió el manto que había caído de los hombros de Elías, volvió al Jordán y se detuvo a la orilla. Tomó el manto que había caído de los hombros de Elías y golpeó con él las aguas, pero no se separaron.
    Dijo entonces:
    «¿Dónde está el Señor, el Dios de Elías?».
    Golpeó otra vez las aguas, que se separaron a un lado y a otro, y pasó Eliseo sobre terreno seco.

    Palabra de Dios.
    Salmo
    Sal 31(30),20.21.24 (R. 25)

    R. Sean valientes de corazón
    los que esperan en el Señor.

    V. Qué bondad tan grande, Señor,
    reservas para los que temen,
    y concedes a los que a ti se acogen
    a la vista de todos. R.

    V. En el asilo de tu presencia los escondes
    de las conjuras humanas;
    los ocultas en tu tabernáculo,
    frente a las lenguas pendencieras. R.

    V. Amen al Señor, fieles suyos;
    el Señor guarda a sus leales,
    y a los soberbios los paga con creces. R.
    Aclamación
    R. Aleluya, aleluya, aleluya
    V. El que me ama guardará mi palabra -dice el Señor-. Y mi Padre lo amará, y vendremos a él. R.
    Evangelio
    Mt 6,1-6.16-18.

    Tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará

    Lectura del santo Evangelio según san Mateo.

    EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
    «Cuiden de no practicar su justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tendrán recompensa de su Padre celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, no mandes tocar la trompeta ante ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles para ser honrados por la gente; en verdad les digo que ya han recibido su recompensa.
    Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
    Cuando oren, no sean como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vean los hombres. En verdad les digo que ya han recibido su recompensa.
    Tú, en cambio, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo recompensará.
    Cuando ayunen, no pongan cara triste, como los hipócritas que desfiguran sus rostros para hacer ver a los hombres que ayunan. En verdad les digo que ya han recibido su paga.
    Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no los hombres, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará.

    Palabra del Señor.

    • 7 min

Top podcasts en Religión y espiritualidad

DOSIS DIARIA ROKA
Roka Stereo
365 con Dios
Wenddy Neciosup
¿Qué Haría Jesús?
New Fire
Dante Gebel Live
Dante Gebel
Podcast El Lugar de Su Presencia
El Lugar de Su Presencia
La Biblia en un Año (con Fray Sergio Serrano, OP)
Ascension Catholic Faith Formation