(Respeto‪)‬ Capital Sonoro

Matilda González se autodenomina como “abogada fracasada con ganas de crear cine”, una línea en la cual ese “fracaso” adquiere una dimensión indómita y poderosa. Sus palabras nos relatan un camino de un ejercicio político marcado por el amor y la pasión, por la búsqueda de derechos y de una igualdad de poder. Sea como abogada, como becaria en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos trabajando en la relatoría de personas LGBTI, como activista en colectivos trans de base, como Secretaria de la Mujer y Equidad de Género de Manizales o como directora creativa de su marca @transamorousandpassionaries, Matilda traza una ruta que lleva a la creatividad como un núcleo de libertad y de liberación.

Laura es una lesbiana machorra. Desde niña apostó por la comodidad y sus primeras decisiones estéticas contaron con el apoyo de su familia, tanto al elegir cortarse el pelo (chiquito, chiquito, "como los niños), como al optar por usar pantalonetas y no pantalones ni vestidos. En este relato habla de la masculinidad y la feminidad, y cómo ninguno le pertenece a nadie en menos o mayor medida; habla de sus búsquedas y sus deseos, de todas las pieles, las ropas y las capas que sigue quitándose y habitando a medida que pasa la vida.

Nos reencontramos con Ivania, mamá de Martín, une niñe trans no binarie que, tras sacarle de su colegio anterior y haber emprendido un proceso para garantizar que nunca más una infancia trans - no binaria sea irrespetada, vuelve a hablar con nosotros para contarnos el resultado de ese proceso judicial y otras cosas que han pasado en sus vidas como familia y el proceso de sanación que acompaña esta apertura.

El 13 de octubre se celebra el día de la rebeldía lésbica, una conmemoración acordada por un grupo de mujeres lebianas feministas en México, en 1987, durante el primer encuentro lésbico de la región. Por eso, en este episodio de #Respeto hablamos con Laura Torres y Eli, fundadoras de Libre y Visibles, una casa culturl lesbofeminista ubicada en Teusaquillo.

Nos cuentan sobre la importancia de hacer red para avanzar, la figura de la casa para que las mujeres lesbianas encuentren un lugar de reconocimiento y compañía, sobre el día de la rebeldía lésbica y finalmente, el ataque lesbofóbico que sufrió el espacio.

Angélica Cervera pensó en la historia de "Si Dios fuera mujer" como un libro. Horas de investigación y escritura parecían tomar cuerpo, pero gracias a un encuentro casual en un festival de cine, el relato se hizo insuficiente, necesitaba un espejo para contar la vida de Laura.

En este episodio habla de la duda sobre la historia y el objetivo de llevarla al cine.