Oigo Voces Oigo Voces

Cinco pasos para hacer una columna de radio

Cinco pasos para hacer un programa de radio

Cinco pasos para ir a la radio

Cinco veces triste, cinco veces malCinco minutos de felicidadCinco sirenitas me van a llevarCinco vidas solo me van a enfermar

Cinco calendarios y un solo vinoUn solo abrigo y cinco inviernos másMás de lo que digo no tiene sentidoNo tiene sentido que te espere acá

Cinco meses másCinco años másCinco muertes másCinco minutos de felicidad

Cinco plegarias y no existe diosCinco mujeres sin ningún colchónCinco billetes que no valen nadaCinco fotos tuyas que dejaste acá

Cinco caramelos de varios coloresCinco noches llevo sin poder dormirCinco vidas más para olvidarteCinco olvidos más para poder vivir

Acá estamos con Oigo Voces, pasen y oigan, cierren los ojos y abran los oídos. Arrivederci.

Reíte, no pares de reír, es tu oportunidadY aunque pienses que te reís de todo, vos reíte igualReíte, nunca pares de reír, que tu risa es fatalPara esos que castran a la vida del instinto naturalY que en tu risa viva el arteDe que rían los demásEstar feliz no es pecadoNi un trastorno mentalReíte, reíte hasta morir, aunque te quieran borrarToda la cosquilla de tu alma que busca su libertadReíte, con vos me quiero reír, es nuestra oportunidadY aunque venga el aguafiesta nos vamos a reír igual... ¡Ja!

Ayer escuché en la radioQué un experto en OhioDecía qué vamos bien.I am sorry menVeinte por el barrioYo te doy mi salarioY te quiero ver

ParáAunque te cierren las cuentasMis sueños no están en ventaPará la manó, paráGuardá la hojita con el chamuyoNo transés lo que no es tuyoNo me vengas a zarpar....

Arbolito



OIGO VOCES. No hablamos por hablar.

Hacemos Radio.

Cuando éramos niños los viejos tenían como treinta, un charco era un océano, la muerte lisa y llana no existía.

Luego cuando muchachos los viejos eran gente de cuarenta, un estanque era un océano, la muerte solamente una palabra.

Oigo Voces

“No es necesario saber leer y escribir para escuchar la radio a transistores o mirar la televisión y recibir el cotidiano mensaje que enseña a aceptar el dominio
del más fuerte y a confundir la personalidad con un automóvil, la dignidad con un cigarrillo y la felicidad con una salchicha.”

EDUARDO GALEANO