Descansando en Dios

Francisco Atencio
Descansando en Dios

Devocional Cristiano Doctrinal

  1. 5 HR. AGO

    1013 - Salmos. Por qué debemos alabar a Dios. Sal 147:1

    1013 – Sal 147:1 – Salmos. Por qué debemos alabar a Dios. “Alabad a JAH, porque es bueno cantar salmos a nuestro Dios; porque suave y hermosa es la alabanza.” Este salmo enseña los principales motivos por los cuales debemos cantar, alabar, exaltar a Dios. Debemos alabad a Dios por sus maravillas (Sal 147:1-6). Alabamos a Dio porque es nuestro proveedor (Sal 147:7-11). Y alabamos a Dios por ser nuestro protector (Sal 147:11-20). Cada una de estas tres secciones inicia con alabad, canta, y alaba a Dios. (Sal 147:1, 7, 12). “Cantad salmos a Jehová, porque ha hecho cosas magníficas; sea sabido esto por toda la tierra.” (Is 12:5). 1. Alabad a Dios por sus maravillas (Sal 147:1-6). “Alabad a JAH, porque es bueno cantar salmos a nuestro Dios; porque suave y hermosa es la alabanza.” (Sal 147:1). Alabad a Dios por sus maravillosas obras de gracia y sus atributos. 1. Él recoge a los desterrados (Sal 147:2). 2. El sana a los quebrantados de corazón (Sal 147:3a). 3. Él venda sus heridas. (Sal 147:3b). 4. Dios cuenta el número de las estrellas. (Sal 147:4a). 5. Él a las estrellas las llama a todas por sus nombres. (Sal 147:4b). 6. Dios es grande y poderoso (Sal 147:5a). 7. Dios es infinito en entendimiento (Sal 147:5b). 8. Dios levanta a los humildes. (Sal 147:6). 9. Dios humilla a los impíos. (Sal 147:6b). “Regocíjate y canta, oh moradora de Sion; porque grande es en medio de ti el Santo de Israel.“ (Is 12:6). “¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance. “ (Is 40:28). “¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos! “ (Ro 11:33). 2. Alabad a Dios porque es proveedor de todos (Sal 147:7-11). “Cantad a Jehová con alabanza, cantad con arpa a nuestro Dios.” (Sal 147:7). Cantemos a Dios porque: 1. Provee las nubes para la lluvia y halla alimento en la tierra para todo ser viviente (Sal 147:8). 2. Dios provee alimento para la bestia (Sal 147:9a). 3. Él provee alimento para los hijos de los cuervos (Sal 147:9b). “Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? “(Mt 6:25-26). Cantemos a Dios porque tiene cuidado de su pueblo “¿No se venden cinco pajarillos por dos cuartos? Con todo, ni uno de ellos está olvidado delante de Dios. Pues aun los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. No temáis, pues; más valéis vosotros que muchos pajarillos.” (Lc 12:6-7). Cantemos a Dios por lo que le agrada: “No se deleita en la fuerza del caballo, ni se complace en la agilidad del hombre. Se complace Jehová en los que le temen, y en los que esperan en su misericordia.” (Sal 147:10-11). “Y si invocáis por Padre a aquel que sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación; sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, “(1Pe 1:17-19). 3. Alabad a Dios porque es nuestro protector (Sal 147:12-20). “Alaba a Jehová, Jerusalén; alaba a tu Dios, oh Sion.” (Sal 147:12). Seguimos alabando a Dios porque protege a su pueblo e incluye con su protección bendiciones materiales, crecimiento espiritula y material, paz y abundantes alimentos. “Yo seré para ella, dice Jehová, muro de fuego en derredor, y para gloria estaré en medio de ella.” (Zc 2:5). Alaba a Dios porque: 1. Ha reforzado nuestra protección “Porque fortificó los cerrojos

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  2. 1 DAY AGO

    1012 - Salmos. Por qué confiar solo en Dios. Sal 146:3

    1012 – Sal 146:3 – Salmos. Por qué confiar sólo en Dios. No confiéis en los príncipes, ni en hijo de hombre, porque no hay en él salvación. Este salmo contrasta la sabiduría de aquellos que esperan en el reinado eterno del Señor y su benevolente justicia (Sal 146:5-10), con la imprudencia de aquellos que confían en gobernantes humanos mortales (Sal 146:3-4). El salmista describe al hombre como un salvador inadecuado, una falsa esperanza, aun los príncipes no pueden liberar (Sal 146:3). Dios es la esperanza y ayuda del necesitado. 1. Llamado a la alabanza (Sal 146:1-2). “Aleluya. Alaba, oh alma mía, a Jehová. Alabaré a Jehová en mi vida; cantaré salmos a mi Dios mientras viva. ¡Aleluya!” Es un llamado a la adoración; es “Adorad a Dios, Adorad a Jehová”. Podemos preguntarnos: ¿cuándo adoramos?, y ¿cómo adoramos? Somos llamados a adorarar a Dios durante toda la vida. Mientras que viva, todo el tiempo que viva; no vale esperar hasta que la muerte se acerque. Ahora, cuando tenemos vida, hemos de adorar. “Alabad a Jehová, porque Él es bueno, porque para siempre es su misericordia.” (Sal 136:1). 2. La vanidad de confiar en el ser humano (Sal 146:3-4). “No confiéis en los príncipes, ni en hijo de hombre, porque no hay en él salvación.” (Sal 146:3). La Biblia enseña por medio de contraste. La alternativa de confiar en Dios es confiar en el hombre. Pero si uno confía en el hombre, consigue lo que el hombre puede producir; sin embargo, si confía en Dios consigue lo que Dios puede hacer. “Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová. Será como la retama en el desierto, y no verá cuando viene el bien, sino que morará en los sequedales en el desierto, en tierra despoblada y deshabitada.” La diferencia de confiar en Dios es que “Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová. Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto.” (Jer 17:5-8). “Pues sale su aliento, y vuelve a la tierra; en ese mismo día perecen sus pensamientos.” (Sal 146:4). Otra razón de no confiar en el hombre es la realidad de la muerte. Perecerán sus pensamientos o “proyectos”. Los grandes del mundo hoy, son desconocidos mañana. Muchos sueños y proyectos grandes quedan estancados cuando fallece su autor. En cambio, Dios es eterno. (Sal 90:1-2) 3. Bienaventurado el que confía en Dios (Sal 146:5). “Bienaventurado aquel cuyo ayudador es el Dios de Jacob, cuya esperanza está en Jehová su Dios” (Sal 146:5). Bienaventurado. Esta es la última de las 26 bienaventuranzas en el libro de los Salmos Quiere decir “feliz, muy feliz” u “Oh, la felicidad de.” ¡Qué dichoso es el que tiene como Dios el Dios de Jacob! Señala la misericordia que tuvo Dios con Jacob. Lo tomó de ser un hombre engañoso y temeroso y lo transformó en un hombre de fe y padre de su pueblo escogido. Si Dios lo pudo hacer con Jacob, también lo puede hacer con cada uno de nosotros. ¿Por qué hemos de confiar en Dios? Por causa de sus hechos; Él creó todo y es fiel. Además, Dios se interesa en los desvalidos que la sociedad tiende a olvidar. “Bienaventurado tú, oh Israel. ¿Quién como tú, Pueblo salvo por Jehová, escudo de tu socorro, Y espada de tu triunfo? Así que tus enemigos serán humillados, Y tú hollarás sobre sus alturas.” (Dt 33:29). 4. EL Dios creador del universo y ayudador de los necesitados (Sal 146:6-10). Debemos confiar en Dios porque es: 1) Creador de los cielos, la tierra, el mar y todo lo que ellos hay. (Sal 146:6a). 2) Dios es veraz, fiel (Sal 146:6b). 3) Dios ayuda a los necesitados “Que hace justicia a los agraviados, que da pan a los hambrientos.” (v.7a). 4) Es nuestro libertador “Jehová liberta a los cautivos; Jehová abre los ojos a los ciegos;” (Sal 146:7b-8a). 5) Dios es nuestra fortaleza

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  3. 2 DAYS AGO

    1011 - Salmos. Exaltemos la grandeza de Dios. Sal 145:3-4

    1011 – Sal 145:3-4 – Salmos. Exaltemos la grandeza de Dios. Grande es Jehová, y digno de suprema alabanza; y su grandeza es inescrutable. Generación a generación celebrará tus obras, y anunciará tus poderosos hechos. Con este salmo 145 David concluye, de manera excelente, sus setenta y cinco salmos en el Salterio. Las obras y los hechos de Dios se mencionan ocho veces en este breve cántico y constituyen uno de los principales motivos de alabanza. Aquí, el rey de Israel exalta y celebra al Rey de la eternidad por quien Él es, por lo que Él ha hecho, y por lo que Él ha prometido. No solo rico en cuanto a contenido, este salmo también es un majestuoso acróstico usando las veintidós letras del alfabeto hebreo. Abarca prácticamente todos los aspectos de la alabanza (Te exaltaré, bendeciré, alabaré, publicaré, meditaré, hablarán, proclamarán, cantarán, hacer saber), justificando el uso de la palabra hebrea tehillah (himno de alabanza) como título del salmo. La iglesia primitiva acostumbraba a usarlo durante el almuerzo. 1. Exaltación de Dios Rey (Sal 145:1-3). “Te exaltaré, mi Dios, mi Rey, y bendeciré tu nombre eternamente y para siempre. Cada día te bendeciré, y alabaré tu nombre eternamente y para siempre. Grande es Jehová, y digno de suprema alabanza; y su grandeza es inescrutable.” “Exaltar” es “subir” o “levantar”. Cuando alabamos a Dios lo “levantamos” en nuestro canto y en nuestra habla; el efecto debe ser que nosotros, y otros, tengamos más alto concepto de él. Nuestra alabanza no lo exalta si no lo exaltamos en la vida diaria. “Bendecir su nombre” destaca que la alabanza es para que Dios se goce, es para mostrar nuestro amor a Él. Con doble énfasis, eternamente y para siempre, el salmista muestra su seguridad en Dios, que incluye una vida aun después de la muerte. (Sal 48:14). Jehová merece toda esta alabanza porque realmente es grande. Aunque el hombre moderno piensa dominar la creación con su tecnología, esta misma tecnología muestra y certifica cada vez más la grandeza del universo. Con más razón que nunca el creyente hoy puede gritar: Su grandeza es inescrutable. “¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos!” (Ro 11:33). 2. Sus obras maravillosas (Sal 145:4-7). “Generación a generación celebrará tus obras, y anunciará tus poderosos hechos.” (Sal 145:4). Ahora el salmista presenta detalles; la grandeza de Dios se manifiesta en sus obras y hechos. Celebrar estas obras y hechos de Dios es una manera de alabarle. El salmista nos da varios desafíos para nuestra adoración. Primero hablarán; hemos de hablar de lo que Dios ha hecho en nuestras vidas. También los padres y adultos lo cuentan y lo celebran ante otra generación; debemos decir a los hijos lo que Dios ha hecho en nuestras vidas. Además, debemos “meditar” en las maravillas de Dios; nos hace agradecidos y aumenta la confianza en Dios. “Bienaventurados los perfectos de camino, los que andan en la ley de Jehová. Bienaventurados los que guardan sus testimonios, y con todo el corazón le buscan” (Sal 119:1-2). 3. Su misericordia y su reino (Sal 145:8-13). “Clemente y misericordioso es Jehová, lento para la ira, y grande en misericordia. Bueno es Jehová para con todos, y sus misericordias sobre todas sus obras.” (Sal 145:8-9). Pareciera que estos dos temas no deben estar juntos, pero es por su misericordia que podemos estar en su reino. Clemente, compasivo, bueno destaca el amor de Dios; sobre esto se construye su reino. Dios es justo; tiene que actuar con ira contra la maldad; pero es lento, se retrasa su ira. Sólo cuando el ser humano insiste en rechazarlo tiene que actuar así. Todas tus obras alaban. El trabajo especial, en agradecimiento a Dios, de los creyentes es el de alabar a Dios. ¡Qué privilegio tenemos los redimidos de Dios! “Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de ÉL, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre.”(He 13:15

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  4. 3 DAYS AGO

    1010 - Salmos. Dios mi roca, castillo, fortaleza, escudo y libertador. Sal 144:1-2

    1010 – Sal 144:1-2 – Salmos. Dios mi roca, castillo, fortaleza, escudo y libertador. Bendito sea Jehová, mi roca, quien adiestra mis manos para la batalla, y mis dedos para la guerra; misericordia mía y mi castillo, fortaleza mía y mi libertador, escudo mío, en quien he confiado; el que sujeta a mi pueblo debajo de mí. La vida es corta. El salmista nos recuerda que es "semejante a la vanidad" y nuestros días "como la sombra que pasa". La vida es "neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece" (Stg 4:14). Debido a que la vida es corta, debemos vivir para Dios mientras tengamos tiempo. No desperdicie su vida al entregarse a un propósito inferior sin valor eterno. Viva para Dios. Él es el único que puede dar valor, propósito y significado a su vida. En su máxima exaltación terrestre, los creyentes recordarán cuán malos, pecadores y viles son en sí mismos; así, serán librados de darse importancia a sí mismos, y de ser orgullosos y reconocer que sólo Dios puede ser nuestra roca, castillo, fortaleza, escudo, y libertador. 1. Alabanza y reflexión (Sal 144:1-4). “Bendito sea Jehová, mi roca, quien adiestra mis manos para la batalla, y mis dedos para la guerra; misericordia mía y mi castillo, fortaleza mía y mi libertador, escudo mío, en quien he confiado; el que sujeta a mi pueblo debajo de mí.” (Sal 144:1-2). Los primeros dos versos son parecidos al Sal 18:1-2; el salmista usa toda una serie de metáforas para mostrar la grandeza de Dios y su cuidado sobre el salmista. Bendito sea Jehová, porque Él es:1. Mi Roca en mi impotencia. 2. Misericordia mía en mi destitución. 3. Castillo mío: mi refugio seguro. 4. Fortaleza mía en mis días tenebrosos. 5. Libertador mío cuando mi enemigo se opone. 6. Escudo mío: cuando nos lanzan dardos encendidos el enemigo. 7. Confianza mía: “En quien he confiado”. “Oh Jehová, ¿qué es el hombre, para que en él pienses, o el hijo de hombre, para que lo estimes? El hombre es semejante a la vanidad; sus días son como la sombra que pasa.” (Sal 144:3-4). De repente habla de lo débil y pasajero que es el hombre (Sal 8). El contraste sirve para resaltar más la grandeza de Dios y la maravilla de su misericordia para con el ser humano. Asimismo, nuestra pequeñez en comparación con Dios y nuestra vida tan corta deben apagar toda arrogancia y orgullo. “Porque todos nuestros días declinan a causa de tu ira; acabamos nuestros años como un pensamiento. Los días de nuestra edad son setenta años; y si en los más robustos son ochenta años, con todo, su fortaleza es molestia y trabajo, porque pronto pasan, y volamos. ¿Quién conoce el poder de tu ira, y tu indignación según que debes ser temido? Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría.” (Sal 90:9-12). 2. Petición de socorro (Sal 144:5-11). “Oh Jehová, inclina tus cielos y desciende; toca los montes, y humeen. Despide relámpagos y disípalos, envía tus saetas y túrbalos.” (Sal 144:5-6). Como en tantos otros salmos, el salmista está siendo atacado por enemigos, está en crisis. Así, pide socorro; sigue usando figuras; Dios es tan grande, pero pide que “incline” los cielos y “descienda” para intervenir, aun usando elementos de su creación en esta situación. En medio de su petición de socorro, el salmista canta alabanzas a Dios porque sabe que de él es la victoria y la hará efectiva en este caso. “Rescátame, y líbrame de la mano de los hombres extraños, cuya boca habla vanidad, y cuya diestra es diestra de mentira.” (Sal 144:11). Dos veces dice: cuya boca habla vanidad (Sal 144: 8,11). La obra de Dios se hace por medio de su Palabra y por el mensaje hablado de sus siervos. También, los ataques del enemigo vienen por medio de palabras y pensamientos. “Me sedujiste, oh Jehová, y fui seducido; más fuerte fuiste que yo, y me venciste; cada día he sido escarnecido, cada cual se burla de mí. Y dije: No me acordaré más de Él, ni hablaré más en su nombre; no obstante, había en mi corazón como un fuego ardiente

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  5. 6 DAYS AGO

    1009 - Salmos. Enséñame a hacer tu voluntad. Sal 143:10

    1009 – Sal 143:10 – Salmos. Enséñame a hacer tu voluntad. Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios; Tu buen espíritu me guíe a tierra de rectitud. Este salmo es el último de los Salmos 140-143 que son un grupo de ruegos, súplicas que expresan la reacción del creyente frente a diferentes problemas: la calumnia en el Sal 140, la provocación en el Sal 141, la soledad en el Sal 142 y el peligro de muerte en este Sal 143. Es una petición de perdón, y de liberación de los enemigos; las aflicciones, como de costumbre, producen la confesión y el arrepentimiento. No tenemos justicia propia que alegar, por tanto, debemos alegar la justicia de Dios y la palabra de la promesa que nos ha dado libremente y nos ha hecho tener esperanza en ella. Antes de orar para que sea quitado su problema, el salmista ora por el perdón de su pecado, y depende de la sola misericordia en cuanto a eso. El salmista estaba perdiendo la esperanza, lo atrapaba un temor paralizante diciendo desmaya mi espíritu y lo estaba llevando a una profunda depresión. El resultado es una hermosa oración que forma parte de los salmos de arrepentimiento junto con los Sal 6; 32; 38; 51; 102; 130. 1. La fidelidad y la justicia de Dios (Sal 143:1-2). “Oh Jehová, oye mi oración, escucha mis ruegos; respóndeme por tu verdad, por tu justicia. Y no entres en juicio con tu siervo; porque no se justificará delante de ti ningún ser humano.” El salmista ora con urgencia; usa verbos imperativos, pues está en peligro de muerte. Apela primero a la gracia de Dios. Aunque el salmista reconoce que es pecador sabe que Dios quiere justicia y los que le atacan lo hacen injustamente. Al apelar a la justicia de Dios, el salmista reconoce que él no es justo, y que nadie puede ser suficientemente bueno delante de Dios. El apóstol Pablo cita este verso diciendo “ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de Él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado.“ (Ro 3:20; Gá 2:16). En el NT se aclara cómo Dios puede seguir siendo justo y a la vez justificar al pecador: es por la muerte expiatoria de Jesucristo. “la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado. Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.” (1Jn 1:7, 9). 2. La necesidad del salmista (Sal 143:3-4). “Porque ha perseguido el enemigo mi alma; ha postrado en tierra mi vida; me ha hecho habitar en tinieblas como los ya muertos. Y mi espíritu se angustió dentro de mí; está desolado mi corazón.” Ahora el salmista apela a Dios en base a su urgente necesidad. Está en peligro de muerte. 3. Su anhelo de tener comunión con Dios (Sal 143:5-6). “Me acordé de los días antiguos; meditaba en todas tus obras; reflexionaba en las obras de tus manos. Extendí mis manos a ti, m alma a ti como la tierra sedienta.” El salmista también está motivado por su anhelo de tener comunión con Dios. Sus recuerdos de la comunión que tenía con Dios antes aumentan este anhelo. Meditar, recordar toda la ayuda que Dios nos ha dado permite mantener la confianza en Dios y perseverar en sus caminos. “Considerad a aquel [a Cristo] que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar. Porque aún no habéis resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado” (He 12:3-4). Extiendo mis manos es una señal de súplica. La sed es usada para expresar el deseo de conocer más a Dios; es una sed que no puede ser satisfecha de ninguna otra manera. Jesús en el pozo de Jacob dijo a la mujer samaritana “Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.” (Jn 4:13-14). 4. La urgencia de su situación (Sal 143:7-8). “Hazme oír por la mañana tu misericordia, porque en ti he confiado; hazme saber el camino por donde ande,

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  6. JAN 16

    1008 - Salmos. Mi esperanza está en Dios. Sal 142:5

    1008 – Sal 142:5 – Salmos. Mi esperanza está en Dios. Clamé a ti, oh Jehová; dije: Tú eres mi esperanza, y mi porción en la tierra de los vivientes. Los Salmos 140-143 son un grupo de ruegos, súplicas que expresan la reacción del creyente frente a diferentes problemas: la calumnia en el Sal 140, la provocación en el Sal 141, la soledad en el Sal 142 y el peligro de muerte en el Sal 143. Este Salmo 142 enseña como el creyente debe actuar ante la angustia, aflicción y la soledad. Aquí el salmista siente una profunda soledad al ser perseguido y abandonado. El título señala el mismo trasfondo que el Salmo 57. La cueva que se menciona en este salmo puede ser la cueva de Adulam (1Sa 22) o En-gadi (1Sa 24). Este salmo es un modelo de oración para todos los que sufren circunstancias semejantes, que están desmayando, sin amigos, sin salida, solo hay esperanza en Dios que te dice: “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.” (Is 41:10). 1. Un clamor angustiado (Sal 142:1-2). “Con mi voz clamaré a Jehová; con mi voz pediré a Jehová misericordia. Delante de Él expondré mi queja; Delante de Él manifestaré mi angustia.” Con mi voz… con mi voz indica la urgencia del clamor. Dios oye y quiere escuchar la voz de sus hijos. El salmista apela al amor (misericordia) de Dios. Delante de Él expondré, manifestaré mi angustia (v. 2); el creyente puede y debe expresar delante de Dios lo que siente. Dios quiere que seamos sinceros con Él. “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.” (Fil 4:6-7). Descansemos en Dios “echando toda vuestra ansiedad sobre Él, porque ÉL tiene cuidado de vosotros. Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo.” (1Pe 5:7-9). 2. Solo y abandonado (Sal 142:3-4). “Cuando mi espíritu se angustiaba dentro de mí, tú conociste mi senda. En el camino en que andaba, me escondieron lazo.” (Sal 142:3). El salmista ya no da más; su espíritu está desmayado. Pero le viene un rayo de esperanza, pues aun cuando está así, sabe que Dios conoce su senda. Aunque los enemigos han escondido trampas, el salmista puede descansar en Dios, pues para el Dios que conoce (y supervisa) todo su camino, no son trampas. “Mira a mi diestra y observa, pues no hay quien me quiera conocer; no tengo refugio, ni hay quien cuide de mi vida.” (Sal 142:4). Nadie apoya al salmista; todos le han abandonado a ser presa de los que le persiguen. “Mira” y “observa”, le dice a Dios. Ya que no puede depender de los hombres, pide que Dios mire y ayude. “Aunque mi padre y mi madre me dejaran, con todo, Jehová me recogerá.” (Sal 27:10). Según 1Sa 22:1-2, David fue solo a la cueva, pero allí llegaron a apoyarle sus hermanos y muchos otros; de modo que vio la respuesta a su clamor. Más tarde esta misma confianza en Dios dio a David la fortaleza necesaria para resistir la tentación de quitar la vida a Saúl (1Sa 24:3-7). “Porque un momento será su ira, pero su favor dura toda la vida. Por la noche durará el lloro, y a la mañana vendrá la alegría.” (Sal 30:5). “Porque el Señor no desecha para siempre; Antes si aflige, también se compadece según la multitud de sus misericordias; Porque no aflige ni entristece voluntariamente a los hijos de los hombres.” (Lm 3:31-33). 3. Oración de fe (Sal 142:5-7). “Clamé a ti, oh Jehová; dije: Tú eres mi esperanza, y mi porción en la tierra de los vivientes.” (Sal 142:5). El salmista muestra la fe y dedicación a Dios. Si Dios es nuestro refugio y nuestra porción (lo que vale en nuestra vida), podemos tambié

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  7. JAN 15

    1007 - Salmos. Guárdame de la provocación. Sal 141:3-4

    1007 – Sal 141:3-4 – Salmos. Guárdame de la provocación. Pon guarda a mi boca, oh Jehová; guarda la puerta de mis labios. No dejes que se incline mi corazón a cosa mala, a hacer obras impías con los que hacen iniquidad; y no coma yo de sus deleites. Recordemos que los Salmos 140-143 son un grupo de ruegos, súplicas que expresan la reacción del creyente frente a diferentes problemas: la calumnia en el Sal 140, la provocación en el Sal 141, la soledad en el Sal 142 y el peligro de muerte en el Sal 143. Este Salmo 141 enseña como el creyente debe actuar ante la provocación. Santiago escribió que "la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí, ¡cuán grande bosque enciende un pequeño fuego!" (Stg 3:5). El promedio es que una persona abre su boca alrededor de setecientas veces al día para hablar. Cuando somos atacados, en la tensión de la situación de crisis, nos vemos tentado a responder con los mismos métodos. El salmista pide a Dios que le guarde de no caer en la provocación. David pidió sabiamente a Dios que lo guardara de hablar algo malo, incluso en ocasiones cuando sufría persecución. Jesús mismo guardó silencio ante sus acusadores (Mt 26:63). Al conocer el poder de la lengua, haremos bien con pedir a Dios que nos cuide de lo que decimos para que así nuestras palabras honren su nombre “La boca de los sabios esparce sabiduría; no así el corazón de los necios.” (Pr 15:7). Este salmo contiene cuatro oraciones combinadas en una. I. Ruego que Dios se apresure (Sal 141:1-2). “Jehová, a ti he clamado; apresúrate a mí; escucha mi voz cuando te invocare. Suba mi oración delante de ti como el incienso, el don de mis manos como la ofrenda de la tarde.” La estrofa es un clamor urgente de un corazón en peligro de caer en la maldad de los que se oponen a él. En el Sal 142:2 se anima a sí mismo a ser constante en su oración y adoración, tan constante como es el quemar incienso y hacer sacrificios todos los días en el templo. “Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; todos tenían arpas, y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos” (Ap 5:8). II. Ruego por justicia personal (Sal 141:3-5). “Pon guarda a mi boca, oh Jehová; guarda la puerta de mis labios. No dejes que se incline mi corazón a cosa mala, a hacer obras impías con los que hacen iniquidad; y no coma yo de sus deleites.” (Sal 141:3-4). Cuando nos atacan con palabras, somos tentados a responder de la misma manera y así deshonrar a Dios. Los hombres buenos conocen el mal de los pecados de la lengua. Cuando los enemigos provocan, estamos en peligro de hablar imprudentemente. Los salmos constantemente muestran cuán dañinas pueden ser las palabras de calumnia, enojo y engaño. El salmista pide la protección de Dios para no caer en lo mismo. Pero alguien que no habla malas palabras puede tener pensamientos de odio y venganza; de modo que el salmista también pide que Dios guarde su corazón y de caer en las palabras, pensamientos, hechos, caminos y compañerismo de los impíos. “Que el justo me castigue, será un favor, y que me reprenda será un excelente bálsamo que no me herirá la cabeza; pero mi oración será continuamente contra las maldades de aquéllos.” (Sal 141:5). El salmista dice que la reprensión, regaño, llamado de atención del justo es un favor. “Mejor es oír la reprensión del sabio que la canción de los necios.“ (Ecl 7:5). A nadie le gusta realmente la crítica, pero todos se pueden beneficiar de ella cuando la hacen con sabiduría y se recibe con humildad. David sugirió la forma de aceptar la crítica: (1) no la rechace, (2) considérela un favor, y (3) mantenga su boca cerrada (no se defienda). La puesta en práctica de estas sugerencias ayuda a controlar la forma de reaccionar ante la crítica y a convertirla en productiva en vez de destructiva, sin importar la intención original. Sigamos el ejemplo de nuestro Señor Jesucristo “quien

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  8. JAN 14

    1006 - Salmos. Dios guardanos y libranos del hombre malo. Sal 140:12-13

    1006 – Sal 140:12-13 – Salmos. Dios guardanos y libranos del hombre malo. Yo sé que Jehová tomará a su cargo la causa del afligido, y el derecho de los necesitados. Ciertamente los justos alabarán tu nombre; los rectos morarán en tu presencia. ¿A quién se pueden dirigir los necesitados cuando los persiguen? No tienen el dinero necesario para obtener ayuda profesional, quizás no son capaces de defenderse. Sin embargo, siempre hay alguien que está de su parte: el Señor estará junto a ellos y al final les hará justicia. Esto debe consolarnos a todos. No importa cuál sea la situación, el Señor está con nosotros. Pero esta verdad también nos debe hacer un llamado a la responsabilidad. Como pueblo de Dios, tenemos que defender los derechos de los indefensos. Los Salmos 140-143 son un grupo de súplicas que expresan la reacción del creyente frente a diferentes problemas: la calumnia en el Sal 140, la provocación en el Sal 141, la soledad en el Sal 142 y el peligro de muerte en el Sal 143. En este salmo 140 el salmista es difamado, calumniado por enemigos violentos y malvados. “Ponen su boca contra el cielo, y su lengua pasea la tierra.” (Sal 73:9). 1. Oración para protección (Sal 140:1-5). “Líbrame, oh Jehová, del hombre malo; guárdame de hombres violentos, los cuales maquinan males en el corazón, cada día urden [conspiran] contiendas.” (Sal 140:1-2). Mientras mayor sea el peligro, más fervorosamente debemos orar a Dios. Los que el Señor protege están a salvo. Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? (Ro 8:31). Los males y contiendas proceden de personas codiciosas “¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros? Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís. Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites. “(Stg 4:1-3). Sus ataques llegan en forma de calumnias “Aguzaron su lengua como la serpiente; veneno de áspid hay debajo de sus labios.” (Sal 140:3). El apóstol Pablo, que también fue calumniado, utilizó este verso para mostrar que los judíos, así como los gentiles, son culpables de pecado y necesitan un Salvador (Ro 3:8-13; Sal 12:2-4; 58:4). “Guárdame, oh Jehová, de manos del impío; líbrame de hombres injuriosos, que han pensado trastornar mis pasos. Me han escondido lazo y cuerdas los soberbios; han tendido red junto a la senda; me han puesto lazos.” (Sal 140:4-5). Los enemigos, físicos y espirituales, son violentos y usan trampas; pueden usar cosas que parezcan buenas para hacer caer al piadoso. Solamente Dios puede guardarnos y liberarnos de estos enemigos. (Ef 6:11-13). 2. Oración de confianza (Sal 140:6-8). “He dicho a Jehová: Dios mío eres tú; escucha, oh Jehová, la voz de mis ruegos.” (Sal 140:6). Mi Dios destaca la comunión personal con Dios. “Jehová Señor, potente salvador mío, Tú pusiste a cubierto mi cabeza en el día de batalla.“ (Sal 140:7). Fortaleza de mi salvación enfatiza que Dios es un Salvador con poder para liberar de cualquier situación por difícil que sea. “Mas Jehová está conmigo como poderoso gigante; por tanto, los que me persiguen tropezarán, y no prevalecerán; serán avergonzados en gran manera, porque no prosperarán; tendrán perpetua confusión que jamás será olvidada.” (Jer 20:11). Los versos 6 y7 enseñan la base para la confianza en Dios: a) La comunión personal con Dios (Sal 140:6a); b) El poder de Dios para salvar (Sal 140:7a); y c) Confiar en Dios por xperiencias pasadas de liberación (Sal 140:7b). 3. Juicio sobre los impíos (Sal 140:9-11). “En cuanto a los que por todas partes me rodean, la maldad de sus propios labios cubrirá su cabeza. Caerán sobre ellos brasas; serán echados en el fuego, en abismos profundos de donde no salgan. El hombre deslenguado no será firme en la tierra; el mal cazará al hombre injusto para derribarle.” Las maldiciones que han dicho los enemigos

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Devocional Cristiano Doctrinal

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