Juan Carlos Parra

Juan Carlos Parra Valero

Mensajes de edificación predicados desde A los Pies del Rey, Radio Tv Vida o de algunas de las conferencias impartidas en mis viajes. Tienes más mensajes en mi blog pastorjuancarlosparra.com y en mi perfil de Youtube: https://www.youtube.com/c/JUANCARLOSPARRAVALERO

  1. La vida cristiana es ser un buscador

    AUG 21

    La vida cristiana es ser un buscador

    La vida cristiana es ser un buscador Debemos aprender a buscar. Buscar la presencia/rostro de YHWH • “Buscad a YHWH y su poder; buscad siempre su rostro” (1 Cr 16:11; Sal 105:4). • “Mi corazón ha dicho de ti: Buscad mi rostro. Tu rostro, YHWH, buscaré” (Sal 27:8). • Llamado urgente: “Buscad a YHWH mientras puede ser hallado” (Is 55:6; cf. Am 5:4,6). 1) Doble movimiento La Escritura presenta un doble movimiento: Edén: Dios busca al hombre caído: “¿Dónde estás?” (Gn 3:9). 1. Dios busca primero al ser humano; y 2) Dios llama al ser humano a buscarle con todo el corazón. Cuando respondemos a su llamado, aprendemos a buscar su Reino... La tensión teológica: ¿quién busca a quién? • “No hay quien busque a Dios” (Ro 3:11) —descripción de la humanidad sin gracia. • Pero: el Padre busca adoradores (Jn 4:23) y atrae (Jn 6:44); por eso, los que tienen fe le buscan (Heb 11:6). • Síntesis: La búsqueda humana es respuesta a la búsqueda previa de Dios (cf. 1 Jn 4:19 aplicado al amor). Esta dinámica sana el orgullo del “buscador” y lo vuelve adorador agradecido. 2) Palabras clave: “buscar” en hebreo y en griego • Hebreo: o דָּרַשׁ (darash): buscar, inquirir, consultar (al Señor, su voluntad); de aquí proviene midrash (indagación/explicación de la Escritura). o בָּקַשׁ (baqash): buscar intensamente, desear. o שָׁחַר (shachar): buscar de madrugada, tempranamente (Sal 63:1; Prov 8:17). • Griego: o ζητέω (zēteō): buscar, procurar (Matt 6:33; Jn 5:44; Col 3:1). o ἐκζητέω (ekzēteō): buscar con ahínco, diligentemente (Heb 11:6). o ἀναζητέω (anazēteō): buscar de nuevo o cuidadosamente (Lc 2:45). Matiz bíblico: “buscar” no es curiosidad superficial, sino orientación vital, prioritaria y perseverante (cf. “buscad primero…” Mt 6:33; “de madrugada te buscaré” Sal 63:1). 3) Acróstico BUSCAR ¿Qué buscamos los hijos de Dios? B – Biblia El alimento diario de la Palabra. “Escudriñad las Escrituras” (Juan 5:39). Juan 6:27 Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a este señaló Dios el Padre. U – Unción La llenura del Espíritu Santo para vivir y servir. “Sed llenos del Espíritu” (Efesios 5:18). S – Santidad Vivir apartados para Dios, reflejando su carácter. “Seguid la paz con todos, y la santidad” (Hebreos 12:14). diókó Ortografía Fonética: (dee-o'-ko) Definición: persigues, persecución, perseguía, para poner en fuga, perseguir, por implicación para perseguir. diōkō -propiamente, perseguir de manera agresiva, como hace un cazador al persiguir su presa (premio). C – Comunidad La vida en el cuerpo de Cristo, restaurando y animando. “No dejando de congregarnos… exhortándonos” (Hebreos 10:25). • Iglesia: comunidad que busca lo de arriba (Col 3:1–2) y a los perdidos. A – Almas Pasión por los perdidos, como Jesús que vino a buscar y salvar. “El Hijo del Hombre vino a buscar y salvar lo que se había perdido” (Lucas 19:10). 1️⃣ Búsqueda frustrada: religiosidad sin Cristo Testimonio de John Wesley (1703–1791) Antes de su conversión, Wesley —fundador del metodismo— era un buscador incansable. Estudió en Oxford, se ordenó sacerdote anglicano, fundó un grupo de disciplina espiritual (“el Club Santo”), ayunaba, oraba y predicaba. Incluso fue misionero a las colonias en América. Sin embargo, en su diario confiesa: “Fui a América para convertir a los indios, pero ¡ay! ¿quién me convertirá a mí?” Era un buscador sincero, pero atrapado en la religiosidad: esfuerzo humano, obras, deber, pero sin la certeza del perdón. Fue en Londres, el 24 de mayo de 1738, escuchando la lectura del prefacio de Lutero a Romanos en una reunión casera en la calle Aldersgate, cuando experimentó lo que llamó: “Sentí mi corazón extrañamente calentado. Sentí que confiaba en Cristo, en Cristo solo, para mi salvación. Y se me dio la seguridad de que Él había quitado mis pecados, incluso los míos, y me había salvado de la ley del pecado y de la muerte.” Wesley ilustra a alguien que buscaba a Dios pero se encontraba con “religión” hasta que halló a Cristo en la fe genuina. 2️⃣ Búsqueda saciada: hallando a Cristo en la comunidad Testimonio de Nicky Cruz (1938– ) Nacido en Puerto Rico, se trasladó a Nueva York, donde se unió a la violenta pandilla “Mau Maus”. Era un buscador perdido, lleno de odio, vacío, buscaba sentido en la violencia y la calle. En 1958, el evangelista David Wilkerson se acercó a los pandilleros con el mensaje del evangelio. Nicky cuenta que al principio solo vio a un “predicador religioso” y lo rechazó con violencia. Pero Wilkerson y otros jóvenes cristianos lo buscaron una y otra vez, mostrándole amor y comunidad auténtica. Finalmente, en una reunión evangelística en Brooklyn, Nicky oyó el mensaje de la cruz y entregó su vida a Cristo. Él mismo relata: “Ese día sentí que alguien realmente me amaba. Cristo me estaba buscando a través de aquellos jóvenes. Encontré lo que siempre había buscado: amor, perdón, vida nueva.” Hoy, Nicky Cruz es evangelista y ha llevado a miles a los pies de Cristo. Aquí se ve el buscador que encuentra a Cristo no en una religión vacía, sino en la vida real de una comunidad cristiana que lo amó y lo acompañó. R – Reino Prioridad absoluta: su justicia y su voluntad. “Buscad primeramente el Reino de Dios y su justicia” (Mateo 6:33). Buscar la voluntad/Palabra del Señor • Darash incluye “inquirir del Señor”: David consulta a YHWH antes de actuar (1 S 23:2; 2 S 5:19; 1 Cr 14:10). • Esdras: “había dispuesto su corazón para inquirir (darash) la Ley de YHWH, y para cumplirla y enseñarla” (Esd 7:10). • Sabiduría como tesoro: “si la buscas como plata… entonces entenderás el temor de YHWH” (Prov 2:1–5); “los que de mañana me buscan, me hallan” (Prov 8:17). 4) Jesús: el que busca y el que es buscado • Misión declarada: “el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido” (Lc 19:10; cf. Lc 15). • Prioridad de Jesús: no “buscar mi propia gloria” (Jn 8:50; 7:18), sino la del Padre; buscar su voluntad (Jn 4:34; Heb 10:7). Jesús es nuestro ejemplo como buscador • Buscó la gloria de Dios → “Yo no busco mi gloria; hay quien la busca, y juzga” (Juan 8:50). • Buscó la oveja 100 → Parábola de la oveja perdida (Lucas 15:4). • Buscó a Pedro para restaurar su vida → “Simón, hijo de Jonás, ¿me amas?” (Juan 21:15-17). • Buscó el rostro del Padre como nadie → “Y levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba” (Marcos 1:35). • Buscó cumplir su destino profético → “He aquí que vengo... para hacer, oh Dios, tu voluntad” (Hebreos 10:7). 5) Advertencia para los buscadores Siempre y cuando busquemos a Jesús. ¿Qué buscáis? (Juan 1:38). A veces buscamos lo que no conviene… “¿Qué buscáis?” (Jn 1:38) —la pregunta que discierne el corazón del buscador. Motivos: “Me buscáis… porque comisteis el pan” (Jn 6:26). Hay búsquedas que no convienen (señales, gloria propia, cosas terrenales; cf. Mt 12:39; Jn 5:44; Mt 6:32). Ejemplos históricos (y advertencias) • Asa: “si le buscáis, será hallado de vosotros” (2 Cr 15:2,12–15). • Josafat: proclama ayuno para buscar a YHWH; Dios responde (2 Cr 20:3–4, 12–17). • Uzías: “en tanto que buscó a YHWH, Dios le prosperó” (2 Cr 26:5) —pero cae por orgullo (v. 16). • Saúl: muere “por cuanto no consultó (darash) a YHWH” (1 Cr 10:13–14). • Hipocresía: “Me buscan cada día… pero… no hacen justicia” (Is 58:2–7); “irán con sus ovejas a buscar a YHWH, mas no le hallarán” (Os 5:6). La búsqueda verdadera implica arrepentimiento y obediencia (2 Cr 7:14; Jer 29:13). Conclusión AT: Dios se deja hallar por los que le buscan de todo corazón (Dt 4:29; Jer 29:13), pero resiste la búsqueda vacía o interesada (Is 1:11–17; 58:2–7). Los buscadores nos podemos cansar o desanimar y eso es muy peligroso. Por eso hay que renovar la pasión y animarnos unos a otros. “No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos” (Gálatas 6:9). No somos como los buscadores de oro o de petróleo. Siempre que buscamos, hallaremos. “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá” (Mateo 7:7). Anécdota Cuenta la historia que durante la fiebre del oro en California, miles de hombres pasaban meses excavando y cribando ríos, gastando fortunas y hasta perdiendo la vida. Algunos hallaban pepitas de oro, pero muchos volvían a casa con las manos vacías. William Taylor (1821–1902) Aunque era un poco mayor cuando llegó a California, representa muy bien el perfil que buscas. Nacido en Virginia, fue un predicador metodista muy sencillo que viajó a San Francisco en 1849, justo en el inicio de la fiebre del oro. No era un pastor con grandes recursos: se ganaba la vida cortando leña o pintando casas durante el día y luego predicaba por las noches en la calle, en bares o en los propios campamentos mineros. La gente lo escuchaba porque hablaba con palabras simples y un testimonio auténtico. El estilo de aquellos jóvenes predicadores • No tenían templos ni coros, sino que predicaban al aire libre, a veces subidos en una roca o en la tarima improvisada de un salón. • Muchos eran apenas adolescentes o veinteañeros que habían sentido el llamado y cruzaban el país a pie o a caballo. • Su mensaje era directo: arrepentimiento, salvación en Cristo, esperanza de vida eterna, contrastando con la fiebre de oro que esclavizaba a tantos. • En ocasiones eran burlados, pero también hubo conversiones notables, mineros que dejaban el juego... El contra

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  2. Obedecedores (Escuderos #9)

    JUL 17

    Obedecedores (Escuderos #9)

    OBEDECEDORES Estaba hace un tiempo en unas reuniones de pastores y líderes, y animaron a sumarse a una actividad a todos los que eran apóstoles, pastores, profetas, evangelistas, maestros y ¡querubines! Entonces, pensé, “hoy apareció un nuevo ministerio en Efesios 4, “querubines”. Me hizo mucha gracia, porque ya había oído que en algunos lugares donde la Iglesia ha crecido mucho hay nuevos títulos o cargos que nos hemos inventado: algunos han pasado a llamarse arcángeles; y también he sabido de más de uno que ha sido ungido rey. Debo decir que creo firmemente en lo apostólico y profético, incluso en la restauración del ministerio apostólico y profético. Pero hoy abundan tantos apóstoles que parece que han tenido que hacer a algunos querubines, para diferenciar a los “superministerios” de los apóstoles de tres al cuarto. En esa misma reunión, me preguntaron a mí que qué era yo, y en plan sarcástico contesté que yo era simplemente obedecedor. Entonces volví a casa y se lo que conté a mi esposa, para reírnos de lo esperpéntico de la situación. Pero más tarde, a solas, el Señor me dijo: “No te tomes a broma esto... Porque a mí esa palabra, ‘obedecedor’, me agrada mucho”. Respondo: “Señor, no me tomes el pelo. Que lo de obedecedor era solo un juego”. Pero me reitera la voz de su Espíritu: “No es ningún juego. Mira, busca en el diccionario”. Y cuando lo busco, seguro de que no existiría, resulta que obedecedor es, en el castellano antiguo, el que obedece. Tú quizás que estás preguntándote: ¿Qué seré yo? ¿Seré diácono, tendré el don de ayuda, tendré el ministerio de profeta, tendré el don de cantar? Pues mira, aquí te lanzo un ministerio que, si lo abrazas, te va a calzar bien toda la vida y el cielo va a estar contento contigo: conviértete en un obedecedor, dócil a la voz de Dios y obediente a su palabra. 1 Recuperando la palabra ‘obedecedor’ Aunque hoy se considera en desuso, “obedecedor” es una palabra real, registrada en 1803. Tiene fuerza propia como sustantivo (no solo adjetivo, “obediente”). Aparece por primera vez en el diccionario de la Real Academia en 1803: Obedecedor, el que obedece. Y también se puede equiparar con sinónimos como cumplidor y hombre dócil. Es interesante que este verbo, el verbo obedecer, se ha quedado sin un sustantivo, cuando hay tantos otros verbos que tienen un sustantivo: de nadar, nadador; de lavar, lavandera o lavandero; de correr, corredor; luchador del verbo luchar; etc. Sin embargo, este, el verbo obedecer, no tiene sustantivo para nombrar a los que son obedientes. ¡Pero sí que lo tiene! Lo que pasa que se está extinguiendo, es prehistórico, es un dinosaurio del castellano. Por eso digo que merece la pena que lo resucitemos. Nosotros, que nos dedicamos a esto de ser obedientes, deberíamos reclamar el sustantivo: obedecedores. También he encontrado un escrito de José Joaquín Virues y Spinola. El texto se llama Nueva Traducción y Paráfrasis en Romances Españoles de los Salmos de David y fue impreso en 1825. En el Salmo 103, verso 20, donde en mi Biblia declara: “Bendecid al Señor vosotros, sus ángeles, poderosos en fortaleza, que ejecutáis su mandato, obedeciendo la voz de su palabra”. Pero en la paráfrasis de José Joaquín, dice: “Bendecid al Señor vosotros, sus ángeles, dóciles a su palabra y obedecedores puntuales de su ley”. Cuando todavía se usaba esta palabra, se definían a los ángeles como dóciles y, por lo tanto, obedecedores de la voluntad del Señor. Nosotros, sin temor a equivocarnos, podemos decir que en el cielo hay obedecedores que adoran al Señor, que son los ángeles. Y, en última instancia, nosotros somos el ejército de Dios, siervos suyos en la tierra y debemos ser tan obedecedores como los ángeles. 2 Cristo, el obedecedor perfecto Hebreos 5:7-9 Cristo en los días de su carne, habiendo ofrecido oraciones y suplicas con gran clamor y lágrimas al que podría, podía librarle de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente. Y aunque era hijo aprendió obediencia por lo que padeció. Y habiendo sido hecho perfecto, vino a ser fuente de eterna salvación para todos los que le obedecen. Jesús aprendió obediencia por lo que padeció y fue perfeccionado para ser fuente de salvación, para quienes le obedecen. No fue solo salvador, sino salvador por ser obedecedor, y ese mismo llamado lo tenemos nosotros. Jesús aprendió obediencia y se convirtió en un obedecedor. Fue salvador, en su calidad de perfecto obedecedor. Y todos los que son salvos también tenemos un llamado a convertirnos en obedecedores, porque Jesús es fuente de eterna salvación para todos los que le obedecen. Sabemos que la salvación es por el arrepentimiento y por la fe; perfectamente podría decir, “para todos los que creen en él”. Pero es que los que de verdad nos hemos convertido y los que de verdad creemos en Él, somos los que le obedecen, y nos tenemos que caracterizar porque somos obedecedores. Jesús es el Maestro que consiguió aprender obediencia; nosotros somos de verdad discípulos cuando nos hacemos obedecedores del Señor. Me gustaría, como una meta, llegar a ser un obedecedor. Algunos están locos por ser pastores y apóstoles. No sé si saben bien a qué se están exponiendo. Pero yo te animo, de todo corazón, a ser un obedecedor. 3 Etimología y riqueza del término ¿Cómo se ha formado este sustantivo obedecedor? Es del verbo obedecer y entonces aparece el sufijo ‘dor’. Obedecer se suma con ‘dor’ y tenemos obedecedor. Pero el sufijo ‘dor’ es un sufijo muy importante en la lengua castellana. Sirve para tres cosas. - Con el sufijo ‘dor’ haces agentes. Por ejemplo, leña-dor. Y ya tenemos el tipo que se dedica a cortar la leña. El que maquilla sería un maquilla-dor. Y el que predica, es un predica-dor. - También el sufijo ‘dor’ se usa para instrumentos. Por ejemplo, lo que desatornilla es un destornilla-dor y lo que enciende es un encende-dor. - Finalmente, el sufijo ‘dor’ se usa para los lugares. Donde se come es un come-dor. Donde se para es un para-dor. 4 El ministerio olvidado Un obedecedor es un agente y herramienta en manos de Dios. El padre necesita obedecedores, esto es, agentes que se dediquen a obedecer. En el reino de los cielos tenemos un llamado a ser obedecedores como instrumentos que el Espíritu pueda usar. Me imagino al Padre con su caja de herramientas diciéndole al Hijo: “Hijo, necesito esa herramienta que sirve para obedecer”. Y el Hijo echa mano de ella y le responde: “Toma, Padre, lo que tú necesites no es un destornillador, ni un percutor... Tú necesitas un obedecedor”. Ruego a Dios que te pueda encontrar a ti (y también a mí) como un instrumento útil para hacer buenas obras en la tierra. Y también, a la Iglesia la podríamos llamar el obedecedor. Vamos a comer algo al comedor. Pues en la misma lógica: vamos a ese lugar donde se trata de obedecer. ¡Sí, vamos al obedecedor! Yo soy parte de una iglesia donde a lo que nos dedicamos es a obedecer. Me encantaría que nuestro ministerio fuese un obedecedor: donde Dios te enseña a obedecer y donde, el que es salvo, es naturalmente no solo creyente, sino también obedecedor.

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  3. 30 requisitos del ministro fiel

    MAY 22

    30 requisitos del ministro fiel

    30 Requisitos para el ministro fiel   “¿De qué sirve un ministro perezoso? Este no es bueno ni para el mundo, ni para la iglesia, o para sí mismo. Es una deshonra para la profesión más noble que puede ser otorgada a los hijos de los hombres” (Spurgeon).   1 Timoteo 3:1-7 Palabra fiel es ésta: Si alguno aspira al cargo de obispo, buena obra desea hacer. Un obispo debe ser, pues, irreprochable, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, de conducta decorosa, hospitalario, apto para enseñar, no dado a la bebida, no pendenciero, sino amable, no contencioso, no avaricioso. Que gobierne bien su casa, teniendo a sus hijos sujetos con toda dignidad pues si un hombre no sabe cómo gobernar su propia casa, ¿cómo podrá cuidar de la iglesia de Dios?; no un recién convertido, no sea que se envanezca y caiga en la condenación en que cayó el diablo. Debe gozar también de una buena reputación entre los de afuera de la iglesia, para que no caiga en descrédito y en el lazo del diablo.   Lo que califica a un hombre para un liderazgo espiritual es un carácter piadoso, y un carácter piadoso establecido conforme al claro criterio que enumera Pablo.   Sin embargo, esta no es una lista rígida que demanda perfección en todas las áreas. Nosotros deberíamos tomar esta lista y preguntar: “¿El hombre en cuestión deseará todas estas cosas con todo su corazón?”. Timoteo o Tito debían tomar la lista, encontrar a los hombres que mejor llenen esa descripción, y después usar la lista como una guía de entrenamiento para discipular a estos hombres.   Son indicadores claros de un carácter piadoso y madurez espiritual; pueden dar la verdadera medida de un hombre o mujer. Por lo tanto, estos requisitos son valiosos para cada persona, no solamente para aquellos que aspiran al liderazgo, pues resumen el carácter del varón perfecto, Cristo Jesús y todos deberíamos aspirar a llegar a su estatura:   Efesios 4:13 hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.   1 Timoteo 3:1-7 Palabra fiel es ésta: Si alguno aspira al cargo de obispo, buena obra desea hacer. Un obispo debe ser, pues…   Ir a un seminario no hace a una persona calificada para el liderazgo espiritual. Ser un buen orador no hace a una persona calificada para el liderazgo espiritual. Tener dones naturales o espirituales no hacen calificada a una persona para el liderazgo espiritual. Lo que uno hace o da voluntariamente en tiempo o en dinero no lo califica para el liderazgo espiritual. Lo que califica a una persona para el liderazgo espiritual es un carácter consagrado, y un carácter consagrado que vaya de acuerdo con estos claros criterios.   1.             Irreprensible:   Esta palabra literalmente significa: “Nada que pueda ser usado en contra.” No debe haber nada que otros puedan usar en su contra y para atacar a la iglesia.   “La palabra es una metáfora, tomada del caso de un experto y hábil boxeador, que defiende de tal manera cada parte de su cuerpo que resulta imposible para su antagonista el dar un golpe” (Clarke).   Este es un término amplio, usado para un hombre que vive una vida recta y que puede ser visto como justo. Nadie puede ponerse de pie y acusar al hombre de pecado grave. En 1 de Timoteo 3:10, al hablar de los diáconos, Pablo usa la frase si son irreprensibles. Esto implica que ser irreprensible es demostrado por un historial de comportamiento.   En Tito: “El que fuere irreprensible”. Esta palabra literalmente significa “nada a que agarrarse”. No deberá haber nada en la vida del líder que otros puedan agarrar y usar para atacar su vida o la a iglesia.   Esto es importante, porque el ministro es administrador de la casa de Dios. Cuanto más grande es el amo, más grandeza se espera de los siervos.   2.             Marido de una sola mujer:   La idea que se maneja aquí es: “Hombre de una sola mujer.” No es que el líder tenga que estar casado (si así lo fuera, Jesús y Pablo no podrían ser líderes espirituales en nuestras iglesias). La idea tampoco es que un líder nunca podría volver a casarse si su esposa hubiera fallecido o si se hubiera divorciado bíblicamente. La idea es que el amor, el afecto y el corazón se le dan a una sola mujer, a aquella que es su legítima esposa ante la ley. Esto significa que el líder Bíblico no es un mujeriego ni adúltero ni seductor, y no muestra amor romántico ni interés sexual por otras mujeres, incluyendo representaciones o imágenes de mujeres en pornografía. La idea es que el líder debe enfocarse en una sola mujer, es decir, su esposa   3.             Sobrio:   Implica la idea de alguien que no es dado a los extremos. Son fieles y de confianza, y usted no tiene que preocuparse por cambios abruptos de visión, estado de ánimo o de acciones.   En la mente del Apóstol Pablo, esta era una cualidad importante en un líder. Él usa esta palabra diez veces en sus cartas breves a Timoteo y Tito. 4.             Prudente: Esto describe a una persona que es capaz de pensar claramente y con seriedad. No son constantes bromistas, sino que saben lidiar con temas serios de una manera seria.   Wiersbe con relación a sobrio: “Esto no significa que un hombre no tenga sentido de humor, o que siempre debe ser solemne y sombrío. Más bien sugiere que conoce el valor de las cosas y no rebaja el ministerio ni el mensaje del Evangelio por un comportamiento necio” (Del comentario de Wiersbe en 1ra de Timoteo).     5.             Decoroso: Lleva la idea de “ordenado.” Es la misma palabra traducida como modesto en 1 de Timoteo 2:9.   “Ordenado, tal vez digno en el mejor sentido de la palabra” (White). 6.             Hospedador: Están dispuestos y pueden abrir las puertas de su hogar, tanto como para amigos como para extraños.   En Tito: “Sino hospedador”. Un líder entre el pueblo de Dios debe ser un hombre hospedador, y amante de lo bueno. Hombres que aman las bases y cosas sórdidas de este mundo no han calificado para ser líderes entre el pueblo de Dios.   7.             Apto para enseñar: Lo suficientemente instruidos en la Biblia para enseñar, ya sea en un lugar público o en un lugar privado. 8.             No dado al vino: La idea es de no ser adicto al vino o a emborracharse. Este verso, en sí mismo, no prohíbe al liderazgo de Dios tomar bebidas alcohólicas, pero si lo desalienta claramente. “No fabricador de cerveza, ni buscador de tabernas, que se sienta cerca de ella, hasta que el vino le inflama” (Trapp). 9.             No Pendenciero: Este es un hombre que no es dado a la violencia, ni pública ni en lo privado; un hombre que puede dejar que Dios pelee sus batallas. “Los Griegos ampliaron el significado de esta palabra para incluir, no solo la violencia en acción, sino también la violencia en el habla. La palabra vino a significar uno que atemoriza sus compañeros, y podrá muy bien significar que aquí debería traducirse así” (Barclay).   10.         No codicioso de ganancias deshonestas: Esta traducción de la versión Reina-Valera 1960 lo describe de una manera memorable: No codicioso de ganancias deshonestas. “Repito que el hombre que no está dispuesto a soportar la pobreza pacientemente, inevitablemente se convertirá en víctima de una perversa y despreciable avaricia” (Calvino).     1 Pedro 5: Ruego a los ancianos que están entre vosotros, yo anciano también con ellos, y testigo de los padecimientos de Cristo, que soy también participante de la gloria que será revelada: 2 Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; 3 no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey. 4 Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria.   11.         Amable: El tipo de hombre que toma a Jesús como su ejemplo, no al último héroe de acción.   12.         Apacible: El tipo de persona que no siempre está peleando por una u otra cosa. 13.         No avaro: Este pensamiento abarca más que la mera ambición por el dinero. El hombre avaro nunca está satisfecho con nada, siempre está en busca de algo más o algo diferente. Un hombre que está constantemente insatisfecho no es apto para el liderazgo entre el pueblo de Dios. 14.         Que gobierne bien su casa: El líder consagrado demuestra su capacidad para dirigir primero en su propia casa. Pablo reconocía que es en nuestro hogar donde nuestro cristianismo se demuestra primero. Es verdad que un niño puede rebelarse incluso en un buen hogar; pero ¿es la rebelión a causa de sus padres o a pesar del trabajo de sus padres? Esta es la pregunta que debe plantearse.   Y tenga hijos creyentes: el líder debe criar a sus hijos bien. Su habilidad de guiar la familia de Dios deberá primero ser demostrada por su habilidad de guiar a sus propios hijos.   Es significativo que los requerimientos morales de los hijos del pastor son levemente expresados en 1 de Timoteo 2:4, 5, 12. Es ahí donde se hace énfasis en el poder del padre para mantener orden en su propia casa; de aquí la sumisión de los hijos a la disciplina y restricción. “La familia del anciano debe ser tal que no pueda ser acusada de disolución. La palabra Griega es asotia. Es la palabra usada en Lucas 15:13 para describir que el hijo pródigo estuvo viviendo perdidamente. El hombre que es asotos es malgastador y extravagante y derrama su porción en placer personal; destruye su porción y al final se arruina él mismo”  (Barcl

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  4. Nuestro Padre merece honra

    MAY 22

    Nuestro Padre merece honra

    Nuestro Padre merece honra (Agua Viva). 1 Juan 3 1 Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él. 2 Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es. 3 Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro. EL HIJO DIGNO Érase un hombre que tenía diez hijos. Al sentirse cerca de la muerte, dejó a cada uno de ellos la décima parte de su fortuna, decidiendo que el magnífico palacio que se hiciera construir pertenecería al más digno de ellos. Muerto el jefe de la familia, se encendió una disputa entre los hijos por la posesión del edificio, y se llevó el asunto ante el juez, quien decidió de la siguiente manera: «Id al cementerio todos vosotros y golpead sobre la tumba de vuestro padre, hasta que nombre aquel a quien deberá pertenecer el palacios. Los hermanos corrieron, presurosos, hasta la última morada del extinto, y cada uno de ellos golpeó con un bastón sobre el montículo de la tumba. Uno solo se abstuvo de hacerlo. El juez le preguntó por qué se excluía, y aquél repuso así: —Antes de golpear la tumba de mi padre, prefiero renunciar a la herencia. Brillaron de alegría los ojos del árbitro, al comprobar el buen éxito de su prueba, y haciendo justicia, exclamó: —Tú eres el hijo más digno, y sólo a ti te corresponde la magnífica propiedad de tu padre. MEDITACIÓN FINAL Pensemos en cómo Jesús anduvo bajo paternidad y honró la autoridad de sus padres, de su Padre Celestial y hasta de las autoridades civiles. Él es nuestro ejemplo para ser hijos de Dios, por eso el Padre tuvo que dar testimonio público en tres ocasiones de su Hijo: “Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia”. Mateo 3:17. Honrar a ese Padre que tanto nos ha amado y nos ha adoptado como hijos y herederos es la respuesta que cabría esperar de verdaderos discípulos de Jesús. Nuestro Padre merece honra MALAQUÍAS 1:6 6 El hijo honra al padre, y el siervo a su señor. Si, pues, soy yo padre, ¿dónde está mi honra? Y si soy señor, ¿dónde está mi temor? dice Jehová de los ejércitos a vosotros, oh sacerdotes, que menospreciáis mi nombre. Y decís: ¿En qué hemos menospreciado tu nombre? HONRA A TU PADRE Y A TU MADRE Había una vez un anciano que había perdido a su esposa y vivía solo. Trabajó duro como la mayor parte de su vida, pero las desgracias lo habían dejado en bancarrota, y ahora era tan viejo que ya no podía trabajar. Sus manos temblaban tanto que no podía enhebrar una aguja, y tenía la visión borrosa, demasiado para hacer una costura recta. Tenía tres hijos, pero ya estaban casados y estaban tan ocupados con su propia vida que sólo tenían tiempo para cenar con su padre una vez por semana. El anciano estaba cada vez más débil, y los muchachos lo visitaban cada vez menos. "No quieren estar conmigo ahora", dijo, "porque tienen miedo de que me convierta en una carga para ellos. Pasó una noche en vela preguntándose qué sería de él sin la ayuda de sus hijos. Por fin se le ocurrió un plan. A la mañana siguiente fue de su amigo el carpintero y le pidió que le armara un gran cofre. Luego fue al cerrajero y le pidió que diera una cerradura vieja. Por último se dirigió al vidriero y pidió todos los pedazos de vidrio roto que tuviera. El anciano tomó el cofre, lo llenó hasta el borde con vidrios rotos, lo cerró y lo puso bajo la mesa de la cocina. Cuando sus hijos fueron a cenar, lo tocaron con sus pies. - ¿Qué hay en ese baúl, le preguntaron mirando debajo de la mesa?. "Oh, nada-respondió el viejo, sólo algunas cosas que he guardado. Sus hijos lo empujaron y vieron que era muy pesado. Le dieron patadas y escucharon un tintineo. "Debe estar lleno de oro que el viejo ha guardado en los últimos años", le dijo al oído. Comprendieron que debían custodiar el tesoro. Decidieron turnarse para vivir con el viejo, para que pudieran verlo también. La primera semana el hijo menor se mudó a casa de su padre, y cuidó de él y le cocinó. Una semana después el segundo hijo le sucedió, y la semana siguiente fue el más grande. Así continuó durante algún tiempo. Por último, el anciano padre se enfermó y murió. Los muchachos le dieron un bonito funeral, a sabiendas de que una fortuna los aguardaba bajo la mesa de la cocina, y podían permitirse un gasto grande con el viejo. Cuando la ceremonia terminó, registraron la casa para encontrar la llave y abrieron el baúl. De hecho, lo encontraron lleno de vidrios rotos. - ¡Qué vil truco! "Gritó el hijo mayor. ¿Cómo puede ser tan cruel con sus hijos! "Pero ¿qué podía hacer? Pregunta tristemente, el segundo hijo. Seamos francos. Si no hubiera sido por el cofre, lo hubiésemos descuidado hasta el final de sus días. "Estoy avergonzado de mí mismo-sollozó el hijo menor. obligamos a nuestro padre a rebajarse al engaño, porque no observamos el mandamiento que él nos enseñó cuando éramos niños. Pero el hijo mayor se volvió al cofre para asegurarse que se tratara de objetos de valor escondidos debajo de los pedazos de vidrio. Los tres hermanos miraron en silencio el interior y leyeron una inscripción que el padre había dejado dentro: "Honrarás a tu padre y a tu madre."

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