La vida cristiana es ser un buscador Debemos aprender a buscar. Buscar la presencia/rostro de YHWH • “Buscad a YHWH y su poder; buscad siempre su rostro” (1 Cr 16:11; Sal 105:4). • “Mi corazón ha dicho de ti: Buscad mi rostro. Tu rostro, YHWH, buscaré” (Sal 27:8). • Llamado urgente: “Buscad a YHWH mientras puede ser hallado” (Is 55:6; cf. Am 5:4,6). 1) Doble movimiento La Escritura presenta un doble movimiento: Edén: Dios busca al hombre caído: “¿Dónde estás?” (Gn 3:9). 1. Dios busca primero al ser humano; y 2) Dios llama al ser humano a buscarle con todo el corazón. Cuando respondemos a su llamado, aprendemos a buscar su Reino... La tensión teológica: ¿quién busca a quién? • “No hay quien busque a Dios” (Ro 3:11) —descripción de la humanidad sin gracia. • Pero: el Padre busca adoradores (Jn 4:23) y atrae (Jn 6:44); por eso, los que tienen fe le buscan (Heb 11:6). • Síntesis: La búsqueda humana es respuesta a la búsqueda previa de Dios (cf. 1 Jn 4:19 aplicado al amor). Esta dinámica sana el orgullo del “buscador” y lo vuelve adorador agradecido. 2) Palabras clave: “buscar” en hebreo y en griego • Hebreo: o דָּרַשׁ (darash): buscar, inquirir, consultar (al Señor, su voluntad); de aquí proviene midrash (indagación/explicación de la Escritura). o בָּקַשׁ (baqash): buscar intensamente, desear. o שָׁחַר (shachar): buscar de madrugada, tempranamente (Sal 63:1; Prov 8:17). • Griego: o ζητέω (zēteō): buscar, procurar (Matt 6:33; Jn 5:44; Col 3:1). o ἐκζητέω (ekzēteō): buscar con ahínco, diligentemente (Heb 11:6). o ἀναζητέω (anazēteō): buscar de nuevo o cuidadosamente (Lc 2:45). Matiz bíblico: “buscar” no es curiosidad superficial, sino orientación vital, prioritaria y perseverante (cf. “buscad primero…” Mt 6:33; “de madrugada te buscaré” Sal 63:1). 3) Acróstico BUSCAR ¿Qué buscamos los hijos de Dios? B – Biblia El alimento diario de la Palabra. “Escudriñad las Escrituras” (Juan 5:39). Juan 6:27 Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a este señaló Dios el Padre. U – Unción La llenura del Espíritu Santo para vivir y servir. “Sed llenos del Espíritu” (Efesios 5:18). S – Santidad Vivir apartados para Dios, reflejando su carácter. “Seguid la paz con todos, y la santidad” (Hebreos 12:14). diókó Ortografía Fonética: (dee-o'-ko) Definición: persigues, persecución, perseguía, para poner en fuga, perseguir, por implicación para perseguir. diōkō -propiamente, perseguir de manera agresiva, como hace un cazador al persiguir su presa (premio). C – Comunidad La vida en el cuerpo de Cristo, restaurando y animando. “No dejando de congregarnos… exhortándonos” (Hebreos 10:25). • Iglesia: comunidad que busca lo de arriba (Col 3:1–2) y a los perdidos. A – Almas Pasión por los perdidos, como Jesús que vino a buscar y salvar. “El Hijo del Hombre vino a buscar y salvar lo que se había perdido” (Lucas 19:10). 1️⃣ Búsqueda frustrada: religiosidad sin Cristo Testimonio de John Wesley (1703–1791) Antes de su conversión, Wesley —fundador del metodismo— era un buscador incansable. Estudió en Oxford, se ordenó sacerdote anglicano, fundó un grupo de disciplina espiritual (“el Club Santo”), ayunaba, oraba y predicaba. Incluso fue misionero a las colonias en América. Sin embargo, en su diario confiesa: “Fui a América para convertir a los indios, pero ¡ay! ¿quién me convertirá a mí?” Era un buscador sincero, pero atrapado en la religiosidad: esfuerzo humano, obras, deber, pero sin la certeza del perdón. Fue en Londres, el 24 de mayo de 1738, escuchando la lectura del prefacio de Lutero a Romanos en una reunión casera en la calle Aldersgate, cuando experimentó lo que llamó: “Sentí mi corazón extrañamente calentado. Sentí que confiaba en Cristo, en Cristo solo, para mi salvación. Y se me dio la seguridad de que Él había quitado mis pecados, incluso los míos, y me había salvado de la ley del pecado y de la muerte.” Wesley ilustra a alguien que buscaba a Dios pero se encontraba con “religión” hasta que halló a Cristo en la fe genuina. 2️⃣ Búsqueda saciada: hallando a Cristo en la comunidad Testimonio de Nicky Cruz (1938– ) Nacido en Puerto Rico, se trasladó a Nueva York, donde se unió a la violenta pandilla “Mau Maus”. Era un buscador perdido, lleno de odio, vacío, buscaba sentido en la violencia y la calle. En 1958, el evangelista David Wilkerson se acercó a los pandilleros con el mensaje del evangelio. Nicky cuenta que al principio solo vio a un “predicador religioso” y lo rechazó con violencia. Pero Wilkerson y otros jóvenes cristianos lo buscaron una y otra vez, mostrándole amor y comunidad auténtica. Finalmente, en una reunión evangelística en Brooklyn, Nicky oyó el mensaje de la cruz y entregó su vida a Cristo. Él mismo relata: “Ese día sentí que alguien realmente me amaba. Cristo me estaba buscando a través de aquellos jóvenes. Encontré lo que siempre había buscado: amor, perdón, vida nueva.” Hoy, Nicky Cruz es evangelista y ha llevado a miles a los pies de Cristo. Aquí se ve el buscador que encuentra a Cristo no en una religión vacía, sino en la vida real de una comunidad cristiana que lo amó y lo acompañó. R – Reino Prioridad absoluta: su justicia y su voluntad. “Buscad primeramente el Reino de Dios y su justicia” (Mateo 6:33). Buscar la voluntad/Palabra del Señor • Darash incluye “inquirir del Señor”: David consulta a YHWH antes de actuar (1 S 23:2; 2 S 5:19; 1 Cr 14:10). • Esdras: “había dispuesto su corazón para inquirir (darash) la Ley de YHWH, y para cumplirla y enseñarla” (Esd 7:10). • Sabiduría como tesoro: “si la buscas como plata… entonces entenderás el temor de YHWH” (Prov 2:1–5); “los que de mañana me buscan, me hallan” (Prov 8:17). 4) Jesús: el que busca y el que es buscado • Misión declarada: “el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido” (Lc 19:10; cf. Lc 15). • Prioridad de Jesús: no “buscar mi propia gloria” (Jn 8:50; 7:18), sino la del Padre; buscar su voluntad (Jn 4:34; Heb 10:7). Jesús es nuestro ejemplo como buscador • Buscó la gloria de Dios → “Yo no busco mi gloria; hay quien la busca, y juzga” (Juan 8:50). • Buscó la oveja 100 → Parábola de la oveja perdida (Lucas 15:4). • Buscó a Pedro para restaurar su vida → “Simón, hijo de Jonás, ¿me amas?” (Juan 21:15-17). • Buscó el rostro del Padre como nadie → “Y levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba” (Marcos 1:35). • Buscó cumplir su destino profético → “He aquí que vengo... para hacer, oh Dios, tu voluntad” (Hebreos 10:7). 5) Advertencia para los buscadores Siempre y cuando busquemos a Jesús. ¿Qué buscáis? (Juan 1:38). A veces buscamos lo que no conviene… “¿Qué buscáis?” (Jn 1:38) —la pregunta que discierne el corazón del buscador. Motivos: “Me buscáis… porque comisteis el pan” (Jn 6:26). Hay búsquedas que no convienen (señales, gloria propia, cosas terrenales; cf. Mt 12:39; Jn 5:44; Mt 6:32). Ejemplos históricos (y advertencias) • Asa: “si le buscáis, será hallado de vosotros” (2 Cr 15:2,12–15). • Josafat: proclama ayuno para buscar a YHWH; Dios responde (2 Cr 20:3–4, 12–17). • Uzías: “en tanto que buscó a YHWH, Dios le prosperó” (2 Cr 26:5) —pero cae por orgullo (v. 16). • Saúl: muere “por cuanto no consultó (darash) a YHWH” (1 Cr 10:13–14). • Hipocresía: “Me buscan cada día… pero… no hacen justicia” (Is 58:2–7); “irán con sus ovejas a buscar a YHWH, mas no le hallarán” (Os 5:6). La búsqueda verdadera implica arrepentimiento y obediencia (2 Cr 7:14; Jer 29:13). Conclusión AT: Dios se deja hallar por los que le buscan de todo corazón (Dt 4:29; Jer 29:13), pero resiste la búsqueda vacía o interesada (Is 1:11–17; 58:2–7). Los buscadores nos podemos cansar o desanimar y eso es muy peligroso. Por eso hay que renovar la pasión y animarnos unos a otros. “No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos” (Gálatas 6:9). No somos como los buscadores de oro o de petróleo. Siempre que buscamos, hallaremos. “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá” (Mateo 7:7). Anécdota Cuenta la historia que durante la fiebre del oro en California, miles de hombres pasaban meses excavando y cribando ríos, gastando fortunas y hasta perdiendo la vida. Algunos hallaban pepitas de oro, pero muchos volvían a casa con las manos vacías. William Taylor (1821–1902) Aunque era un poco mayor cuando llegó a California, representa muy bien el perfil que buscas. Nacido en Virginia, fue un predicador metodista muy sencillo que viajó a San Francisco en 1849, justo en el inicio de la fiebre del oro. No era un pastor con grandes recursos: se ganaba la vida cortando leña o pintando casas durante el día y luego predicaba por las noches en la calle, en bares o en los propios campamentos mineros. La gente lo escuchaba porque hablaba con palabras simples y un testimonio auténtico. El estilo de aquellos jóvenes predicadores • No tenían templos ni coros, sino que predicaban al aire libre, a veces subidos en una roca o en la tarima improvisada de un salón. • Muchos eran apenas adolescentes o veinteañeros que habían sentido el llamado y cruzaban el país a pie o a caballo. • Su mensaje era directo: arrepentimiento, salvación en Cristo, esperanza de vida eterna, contrastando con la fiebre de oro que esclavizaba a tantos. • En ocasiones eran burlados, pero también hubo conversiones notables, mineros que dejaban el juego... El contra