MelP_103-Numeros_13_2 Meditando en la Palabra
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- Religion & Spirituality
"Envía tú hombres que reconozcan la tierra de Canaán, la cual yo doy a los hijos de Israel; de cada tribu de sus padres enviaréis un varón, cada uno príncipe entre ellos." (Números 13:2)
El plan de Dios para su pueblo que había sacado de la esclavitud en Egipto era entregarles la tierra que había prometido a Abraham. Pero antes, envió un representante de cada tribu para que viera la tierra que Dios les iba a entregar y así podrían volver y contárselo a los demás de su tribu. Pero lo que ocurrió era justo lo contrario. Diez de los doce espías desanimaron a sus tribus con un reportaje que resaltaba las dificultades de conquistar la tierra. Como resultado, el pueblo rebeló contra Dios, imaginando que les iba a ser imposible conquistar la tierra. El problema no era que habían enviado espías. Tampoco era que los espías habían visto a gigantes. Su error fue no ver a Dios en las dificultades que se presentaban en el camino delante de ellos.
Esta es también nuestra gran tentación. Vemos las dificultades y en el momento de la tentación tomamos decisiones ignorando a Dios por completo. La primera tentación de Cristo fue así también. Pero Cristo contesta sencillamente: ""no sólo de pan vivirá el hombre..."". El secreto de la victoria espiritual es aprender a ver a Dios --su ayuda, sus propósitos, su gracia-- en medio de nuestras dificultades.
"Envía tú hombres que reconozcan la tierra de Canaán, la cual yo doy a los hijos de Israel; de cada tribu de sus padres enviaréis un varón, cada uno príncipe entre ellos." (Números 13:2)
El plan de Dios para su pueblo que había sacado de la esclavitud en Egipto era entregarles la tierra que había prometido a Abraham. Pero antes, envió un representante de cada tribu para que viera la tierra que Dios les iba a entregar y así podrían volver y contárselo a los demás de su tribu. Pero lo que ocurrió era justo lo contrario. Diez de los doce espías desanimaron a sus tribus con un reportaje que resaltaba las dificultades de conquistar la tierra. Como resultado, el pueblo rebeló contra Dios, imaginando que les iba a ser imposible conquistar la tierra. El problema no era que habían enviado espías. Tampoco era que los espías habían visto a gigantes. Su error fue no ver a Dios en las dificultades que se presentaban en el camino delante de ellos.
Esta es también nuestra gran tentación. Vemos las dificultades y en el momento de la tentación tomamos decisiones ignorando a Dios por completo. La primera tentación de Cristo fue así también. Pero Cristo contesta sencillamente: ""no sólo de pan vivirá el hombre..."". El secreto de la victoria espiritual es aprender a ver a Dios --su ayuda, sus propósitos, su gracia-- en medio de nuestras dificultades.
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