Episodio 168 - Respira y envuélvete en amabilidad
Hola, soy Gloria Cano, tu coach de respiración y te doy la bienvenida al episodio 168 de #ParayRespira. Esta semana nuestra invitación se llama Respira y Envuélvete en amabilidad, pues cuando nos tratamos a nosotros mismos con amabilidad y gratitud, las investigaciones muestran que nos sentimos más motivados y somos menos autocríticos. Este ejercicio está inspirado en una práctica propuesta por el profesor de meditación Jack Kornfield, como invitado al galardonado podcast The Science of Happiness del Greater Good Science Center, de la Universidad de California, Berkeley. A todos nos gusta que nos traten con amabilidad, pero muchas veces, somos poco amables con nosotros mismos. Inclusive, ya tenemos estudios que indican que tratarnos con amabilidad y practicar la gratitud beneficia al sistema cardiovascular, sirve para bajar la inflamación y ayuda con la concentración y la obsesión por compararnos con los demás. Y lo interesante de esto es que una vez que cultivamos la amabilidad hacia nosotros mismos, nos relacionamos mejor con otras personas. Nos sentimos más generosos y cooperativos. Además, tenemos más facilidad para adoptar la perspectiva de otras personas. Entonces, cuando dirigimos la amabilidad y la gratitud hacia adentro, en realidad nos beneficiamos en nuestra relación con el mundo exterior. Comencemos… Primero, como siempre hacemos, vamos a ponernos en una postura cómoda, poniendo ambos pies en el piso y sintiendo la Tierra que nos acoge sin restricciones. Si quieres cierra los ojos o baja tu mirada suavemente y concéntrate en respirar profundamente por tu nariz y en relajar el cuerpo. Vamos a hacer 3 respiraciones profundas… Sigue respirando con este ritmo y pon atención a tus sensaciones corporales… nota las diferentes zonas, siente todo tu cuerpo y envuélvelo conscientemente en amabilidad y agradece a tu cuerpo por sostenerte y mantenerte vivo/a. Si lo deseas, toca suavemente con cariño y amabilidad esa parte de tu cuerpo que está llamando la atención. Observa que el cuerpo se tranquiliza y recibe amable atención. Ahora, lleva tu atención a tu corazón, lleva tus manos al pecho y con un toque suave y amable, agradece a tu corazón por todo lo que hace por ti. Envuélvelo en compasión y amabilidad, di gracias. Gracias corazón querido por llevar tanto. Puedes relajarte. Estoy bien ahora, solo aquí. Puedes descansar y notar que el corazón se tranquiliza. Sigue respirando suavemente y en este momento, lleva tu atención a tus emociones, ¿cómo te sientes hoy? ¿Cómo te vienes sintiendo en estos días? Dale un abrazo cariñoso y amable a todo ese universo emocional que te constituye, ya que las emociones son fundamentales para nuestro vivir, son precisamente ellas las que están debajo de todas nuestras acciones cotidianas. Sin ellas no podríamos vivir, así que dales un abrazo cariñoso y envuelve en amabilidad a todas tus emociones. Ahora trae la misma conciencia amorosa a la mente, la mente ocupada, la mente que planifica, recuerda, imagina, cuenta historias y muestra imágenes. La mente con todas las ideas y los pensamientos repetitivos que vienen. La mente que siempre está trabajando. Y siente toda la energía de la mente dando vueltas. Y envuelve la mente con amabilidad. Dale las gracias por todo lo que hace y dale también un toque amable a tu mente. Puedes decirle… Gracias por intentar protegerme. Gracias por intentar cuidar de mí. Estoy bien ahora mismo. Puedes relajarte. Puedes dejarte llevar y estar tranquila y en paz. Gracias, mente. Estoy bien aquí y ahora. Ahora, vamos a envolvernos por completo en amabilidad: nuestro cuerpo, nuestras emociones, nuestros pensamientos, creencias, preocupaciones, nuestra mente. Y finalmente, siéntete a ti mismo como conciencia. Descansa en ese estado de amabilidad amorosa, disfrútalo. Terminamos ¡Muchas Gracias por practicar conmigo! Y recuerda que estoy atenta a tus comentarios y sugerencias sobre la prácti