¡Hey, mi gente! Bienvenid@s a este nuevo episodio de “Querido Amigo Marica”. Hoy vengo con el Podcast 39, donde vamos a hablar a tope del miedo al abandono, especialmente en nuestras vivencias como personas gays. Porque sí, aunque hayamos tenido o no experiencias de abandono reales, much@s sentimos ese vértigo de que, si se descubre nuestra verdad, nos mandarán a freír espárragos. Y eso, colega, puede condicionar un montón la forma en la que nos relacionamos. Y bueno, aprovechando que estamos en este mood de cuidarnos y buscar recursos, te recuerdo que: Puedes suscribirte a mi Newsletter en ignaciocervera.com para estar al día de los talleres y contenido nuevo que publico. Estoy en Instagram y TikTok como @ignaciocervera.psico subiendo mini-tips y reflexiones diarias. Y en mi canal de YouTube: Ignacio Cervera Psicólogo, donde encontrarás vídeos más profundos sobre mindfulness, desarrollo personal y temas específicos para la comunidad LGTBI+.Este episodio va a estar brutal porque vamos a meternos de lleno en esa “herida de abandono” que tant@s hemos sentido: la ansiedad desatada cuando no recibimos un WhatsApp de vuelta, esa sensación de no ser suficiente, y cómo eso afecta nuestras relaciones presentes. ¿Por qué nos pasa? ¿Por qué nos volvemos adictos a la validación o, al contrario, evitamos el amor por miedo a que nos hagan pupa? Aquí, la idea no es machacarnos, sino entender desde un punto de vista psicológico, conductual y evolutivo el origen de ese miedo y, sobre todo, cómo aprender a gestionarlo en vez de librar una guerra eterna contra él. Así que, “Querido Amigo Marica”, prepárate para flipar con este tema tan potente. Vamos a charlar sobre: La base evolucionista del miedo al abandono: cómo nuestros ancestros desarrollaron estos mecanismos de alerta. La trampa de la evitación experiencial: cuando intentas huir de la ansiedad y el miedo… y acabas reforzándolos sin querer. La importancia de la aceptación y la exposición en la terapia: porque la clave no es huir de tus miedos, sino aprender a sostenerlos con madurez y coraje. Y cómo, a veces, esa sobrecompensación (ser “perfect@” o controlar todo) hace que nos alejemos más de la autenticidad y, en lugar de protegernos, nos acaba limitando.