Hoy quiero hacerte reflexionar sobre un tema o término que se utiliza mucho, el de papá o mamá tóxica, cómo detectar si eres uno de ellos, cómo afecta esto a tus hijos y el primer paso que deberías dar para dejar de actuar de forma tóxica con tus hijos. Este comportamiento no sano en muchas ocasiones viene determinado por la infancia que has tenido, por como te han tratado, por las creencias y experiencias que has ido adquiriendo a lo largo de tu vida y un etc. más. Saber cómo nos afectan todas estas circunstancias es un tema muy profundo que nos ayuda a cambiar muchas actitudes en nuestra vida y a tener una mejor relación con nosotros mismos, con nuestros hijos, pareja, ex pareja, padres, en definitiva con todas las personas que nos rodean. Ahora juntos vamos a reflexionar sobre algunos temas que seguro que te van a ayudar a ser más consciente para ser mejor padre o madre y mejorar la relación con tus hijos. ¿Qué significa ser padres tóxicos? El término padres tóxicos lo define, por primera vez, Susan Forwad en su libro Padres que odian (Toxic Parents). Son aquellos, que por diferentes razones, causan sufrimiento a sus hijos a través de la manipulación, el maltrato, las demandas, desde la infancia hasta la adultez. Cuando hablamos de padres tóxicos puede ser un padre o una madre o ambos progenitores. Estos progenitores causan en sus hijos un sufrimiento innecesario, manipulan, maltratan, dominan, abusan y buscan que sus hijos hagan lo que ellos quieran y no les deja ser. El dejar ser es una parte muy importante para el crecimiento y desarrollo de los hijos, ya que está relacionado con su identidad, su personalidad, sus necesidades y sus gustos. A veces se confunde el dejar ser con el que no tengan límites o que hagan lo que quieran y es todo lo contrario. Cuando más les dejas ser, más respetarán los límites que les pongas ya que tendrán mayor conexión contigo. ¿Cómo saber si eres un padre o una madre tóxica? Parto de la base que la mayoría de progenitores como padre o madre queremos lo mejor para nuestros hijos. A veces los padres y madres no somos conscientes, no nos damos cuenta y no sabemos las consecuencias que tienen nuestros comportamientos y cómo repercute en la seguridad, el autoconcepto, la autoestima, en definitiva, en la salud mental y en la forma de relacionarse de nuestros hijos. Muchas veces con la mejor de las intenciones, debido a nuestros miedos, inseguridades, falta de autocontrol y de conocimiento con el objetivo de ayudar y educar a nuestros hijos, de forma consciente o inconsciente tenemos actitudes dañinas hacia ellos. A continuación, te voy a comentar algunas de esas actitudes: • Sobreproteger: Debido a tus miedos e inseguridades para que tus hijos no sufran no permites que se equivoquen, que tomen sus propias decisiones. Por ejemplo, no les dejas salir con los amigos, estas constantemente supervisando lo que es su responsabilidad para que no se olviden como tienen que comportarse y lo que tienen que hacer. • Manipular: Chantajeas o manipulas de forma consciente o inconsciente las emociones y las convicciones de tus hijos para conseguir tus objetivos. Por ejemplo, si sale con los amigos le dices que te va a dejar sola en casa, que te a va dar un gran disgusto si suspende. • Despreciar: Afecta directamente al autoconcepto y a la autoestima de tus hijos. Hace que no se sientan valorados. Esta actitud está bastante normalizada en el día a día, sobre todo cuando tus hijos no actúan como tú quieres. Por ejemplo, decirle que es tonto, que es un vago, que va a ser un fracasado, compararlo con otros niños. • Entrometerse: Estas constantemente pendiente de lo que hacen tus hijos, no les dejas tener su espacio de privacidad. Por ejemplo, controlas lo que dicen y hacen constantemente con los amigos y con las personas que se relacionan, opinas constantemente sobre las decisiones que toma, supervisas todas sus decisiones, respondes por ellos cuando se les pregunta. • Implicar: Le cuentas tus problemas personales a tus hijos esperando que te ayuden y te apoyen delegando así la responsabilidad de tus problemas en tus hijos, lo cual no les corresponde. Por ejemplo, cuando tienes problemas con su padre o madre o en el trabajo le cuentas lo que te pasa y tú eres responsable de solucionar esa situación. • Perfección: Les exiges a tus hijos que cuanto mejor hagan las cosas o más destaquen más valor tendrán como personas. Por ejemplo, tiene que ser el mejor en algún deporte o en sus estudios o entre sus amigos. • Competencia: Compites con tus hijos y sus logros ya que no aceptas que tus hijos sean mejores que tú. Por ejemplo, te enfadas y le faltas al respeto cuando te gana en algún juego o deporte, o habla mejor que tú algún idioma. ¿Cómo puede afectar a los hijos estas actitudes tóxicas? Los progenitores son los que salvaguardan la seguridad de los hijos y los encargados de apoyarles y acompañarles en su desarrollo y crecimiento. Por lo cual las actitudes que te he comentado anteriormente de los padres y/o madres tóxicas hacen que tengan relaciones no basadas en la confianza ni en relaciones personales saludables. Más bien tendrán relaciones destructivas, serán emocionalmente dependientes y no tendrán figuras de apego saludable. Además, desarrollarán dificultades para establecer relaciones basadas en la confianza, tendrán baja autoestima e serán inseguras. ¿Qué puedo hacer para dejar de ser un padre o una madre tóxica? Ser padres a veces no es sencillo, sabemos que no somos padres perfectos, pero hay un límite para todo. Ser consciente y/o reconocer que como padre o madre actúas a veces o siempre de forma tóxica no es nada agradable, pero es necesario para encontrar soluciones por tu bien y por el de tus hijos. Pero, es el primer paso para darte cuenta que puedes hacer las cosas de distinta forma y comenzar a desaprender y a aprender una nueva forma para ser un padre o madre respetuosa. Tenemos que tener en cuenta que la relación que hemos tenido y tenemos con nuestros padres, en la mayoría de casos condiciona la relación que tenemos con nuestros hijos. Con esto no quiero que juzgues a tus padres, ya que ellos con lo que sabían y sus heridas vividas hicieron y hacen lo mejor que creen y saben. Sino que hagas consciente aquello que te hace daño y a partir de ahí aprender de esas situaciones para transformarlas y no replicarlas con tus hijos. Para ello es importante que investigues que tipo de crianza has tenido, es decir, que actitudes tenían tu padre y tu madre contigo. ¿Qué tipo de actitudes o comportamientos han tenido mi padre y/o madre en mi crianza? Es importante saber que todo tipo de abusos como físicos, con golpes, pellizcos, empujones, mordiscos, arañazos …, sexuales e incluso verbales con insultos, menosprecios, comparaciones, situaciones de ridiculización … dejan secuelas en los hijos que lo han vivido. Los padres y madres inmaduros que no saben gestionar sus emociones, autorregularse y tienen poca tolerancia a la frustración, con adicciones, rígidos, manipuladores, narcisistas y con algún trastorno no tratado también dejan secuelas importantes en sus hijos. El haber sido criado por un padre y/o una madre de este tipo hace que los hijos tengan baja autoestima, problemas en la gestión de emociones ya que no saben canalizar correctamente sus emociones y tienen falta de autocontrol ya que son impulsivas ante situaciones de estrés. Todo esto lo solemos ver en profundidad tanto en mi programa de acompañamiento individual Renueva tu Vida y la de tus Hijos como en el grupal Disfruta de una nueva vida tras tu divorcio. Dependiendo de las situaciones vividas en la infancia con el padre y/o la madre las secuelas en la adultez son distintas. Estas situaciones vividas durante la infancia condicionan a la hora de educar a tus hijos cuando eres padre o madre. Por ello es importante ser consciente que si quieres tener una relación de respeto y de conexión con tus hijos hay que trabajar en sustituir ciertas actitudes por comportamientos menos dañinos y más respetuosos. A veces te pasa que reaccionas de malas formas con tus hijos y luego te sientes culpable y no sabes cómo hacerlo para no reaccionar. Comunicarte de forma más respetuosa, sin gritos, castigos ni chantajes emocionales poniendo limites si es posible. Si quieres saber cómo hacerlo y mejorar la relación con tus hijos. Me puedes contactar vía WhatsApp y hablamos cómo puedo ayudarte. Espero que toda esta información te haya servido para ser más consciente en tu rol de padre o madre. Disfruta y ten una semana genial. Nos vemos en el próximo episodio. Un abrazo Miren