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En un polémico libro, el psicólogo estadounidense Jonathan Haidt culpa a las pantallas y a las redes sociales del aumento de ansiedad y depresión entre jóvenes y adolescentes. Pero, ¿Qué dice la ciencia?

El avance de la digitalización ha llevado a que gran parte de las herramientas de una oficina estén ahora disponibles en los teléfonos inteligentes, permitiendo una mayor flexibilidad pero también difuminando la línea entre el trabajo y la vida personal. Según una encuesta de Adecco, el 37% de los trabajadores españoles continúa trabajando después del horario laboral, y el 59% revisa su correo electrónico fuera del trabajo. Aunque la legislación laboral reconoce el derecho a la desconexión digital, su implementación sigue siendo escasa en muchas empresas españolas.

El derecho a la desconexión digital implica que los trabajadores no están obligados a responder correos electrónicos o llamadas fuera del horario laboral. Este derecho está regulado en el artículo 88 de la Ley Orgánica de Protección de Datos y garantía de los derechos digitales, aunque su aplicación efectiva varía. A pesar de que existen convenios colectivos que lo incorporan, la obligación de elaborar un plan de desconexión digital es una de las menos cumplidas por las empresas.

Para garantizar este derecho, es fundamental que las empresas elaboren un protocolo de desconexión digital, que puede incluir medidas como establecer políticas de autofijación, reuniones sin móviles y días sin correo electrónico. Sin embargo, aún queda pendiente una mayor clarificación y desarrollo normativo, así como la necesidad de concienciar a los empleados sobre la importancia de desconectar para preservar su salud mental.

El teletrabajo ha destacado la necesidad de establecer medidas específicas para garantizar la desconexión digital, ya que el trabajo desde casa puede aumentar el riesgo de vulnerar este derecho. Es posible establecer excepciones, como en el caso de guardias o disponibilidad, pero deben ser claramente definidas y remuneradas adecuadamente.

Aunque la legislación lleva en vigor cuatro años, su aplicación efectiva aún está en proceso. Sin embargo, las sanciones por incumplimiento pueden contribuir a una mayor sensibilización y cumplimiento por parte de las empresas. A largo plazo, se espera que la desconexión digital se convierta en una norma más establecida en el ámbito laboral, pero su adopción plena dependerá de la cultura organizativa de cada empresa y de la concienciación de los empleados sobre la importancia de desconectar para preservar su bienestar.
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En Estados Unidos, el fentanilo, una droga potente y peligrosa, ha causado un aumento dramático en las muertes por sobredosis, con un incremento del 90%. 

Aunque en España se usa en entornos médicos controlados, como anestésico o para tratar dolores crónicos graves, aún no ha aparecido en el mercado negro. Sin embargo, existe preocupación entre los expertos ante la posibilidad de que esta droga se expanda ilegalmente en Europa.

El fentanilo es un opioide sintético extremadamente potente que actúa sobre los receptores opioides del cerebro. Es hasta 50 veces más potente que la heroína y se usa comúnmente en medicina por su efecto analgésico, especialmente para tratar dolores severos que no responden a otros opioides más suaves.

En Estados Unidos, la crisis de opioides se ha exacerbado debido a la sobre prescripción de estos fármacos durante años. Algunas compañías farmacéuticas, como Purdue Pharma, promovieron prácticas poco éticas que llevaron a un aumento en el consumo de opioides. Cuando las autoridades comenzaron a regular su prescripción, muchas personas ya estaban enganchadas y recurrieron al mercado negro, donde el fentanilo se introdujo como un adulterante en la heroína, exacerbando la crisis de sobredosis.

La relación entre Estados Unidos y China también ha influido en la crisis del fentanilo. China ha sido acusada de exportar los químicos necesarios para fabricar esta droga, aunque ha habido intentos de legislación internacional para prevenirlo. Sin embargo, las exportaciones continúan, lo que lleva a sospechas de que China podría estar permitiendo deliberadamente la producción y exportación de fentanilo para debilitar a su competidor estadounidense.

En cuanto a las medidas para abordar la crisis, Estados Unidos está implementando políticas para mejorar el acceso a tratamientos para la adicción y la reducción de daños. Sin embargo, la falta de flexibilidad en ciertas políticas y la resistencia moral han dificultado la adopción de medidas eficaces. Aunque se espera que la situación mejore con el tiempo, se necesitarán cambios significativos en las políticas de drogas del país.

La crisis del fentanilo en Estados Unidos es el resultado de una serie de factores, incluida la sobre prescripción de opioides, la introducción de fentanilo en el mercado negro y las relaciones geopolíticas entre Estados Unidos y China. Aunque se están tomando medidas para abordar la crisis, se necesitarán cambios significativos en las políticas y enfoques para revertir completamente la situación.

 
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